"Todo fue un accidente. No quería hacerle daño, es mi mejor amiga". Sidney C., la soldado británica de 19 años presa desde el lunes por la noche en Palma por cortar el cuello con un vaso de cristal a su amiga y compañera, una cabo del Ejército, tras una breve pelea en una discoteca de Magaluf ese mismo día de madrugada, se defendió ante el juez diciendo que no tuvo ninguna intención de herir a la víctima.

"Nunca tiraría un vaso contra ella porque es mi mejor amiga", insistió. Además de una relación de amistad, también les une su trabajo. La perjudicada, de 22 años, es su superior jerárquica al ser cabo en el Ejército. Mientras, la presunta agresora, actualmente destinada en Escocia, lleva enrolada desde septiembre de 2016.

Su versión exculpatoria haciendo referencia a que las graves lesiones que padeció la otra joven fueron fortuitas contrasta con lo que manifestaron dos testigos, quienes explicaron que la acusada lanzó directamente el vaso a la cabeza y el cuello de la víctima.

Por ello, el magistrado de guardia de Palma acordó la prisión provisional sin fianza para Sidney C. por un delito de lesiones con instrumento peligroso al apreciar riesgo de fuga, falta de arraigo en España y para evitar que pueda actuar contra bienes jurídicos de la perjudicada.

Precisamente, la joven herida se encuentra ya fuera de peligro en el hospital de Son Espases, donde está previsto que hoy se le tome declaración por parte de una comisión judicial. La víctima tuvo que ser operada de urgencia y su estado era crítico el pasado lunes. El corte en el cuello que sufrió le provocó una gran hemorragia y estuvo a punto de morir por la pérdida masiva de sangre.

Los hechos ocurrieron sobre la una de la madrugada del lunes en el interior de la discoteca Bananas, en Magaluf. Tres jóvenes amigas británicas que se alojaban en la misma habitación de hotel estaban de fiesta y habían consumido mucho alcohol.

Según la acusada, discutió con la víctima porque esta intermedió para que hiciera las paces con la otra amiga ya que ambas no se hablaban. Este fue el motivo de la disputa, según ella, que derivó en una pelea en la que acabaron pegándose. Así, la perjudicada le pegó a ella un puñetazo en la nariz y la sospechosa respondió tirándole del cabello y luego arrojó un vaso al suelo. Según su versión, el recipiente se rompió y saltaron trozos de cristal que le impactaron y cortaron en el cuello a su amiga.

La presunta agresora, que fue detenida por la Guardia Civil esa misma madrugada, aseguró que iban muy borrachas, ya que estuvieron bebiendo durante todo el día. Empezaron a tomar alcohol sobre las once de la mañana en el hotel, en la playa y luego en un bar. Por último, acudieron a un evento con barra libre y todas bebieron mucho, según recalcó. Consumió chupitos, vodka, ginebra, amareto y otros licores, según indicó. Las tres amigas estuvieron de fiesta juntas hasta que se produjo la pelea en el local de ocio nocturno.