Un error, al no conectar un cable al equipo informático, ha motivado que en el procedimiento contra Benardo Montoya, acusado de matar a la joven Laura Luelmo en El Campillo (Huelva), no se cuente con el audio de su primera declaración en el juzgado en la que reconocía que era el autor del crimen.

En declaraciones a Efe, el fiscal jefe de Huelva, Alfredo Flores, ha confirmado este extremo, si bien le ha restado importancia y ha dicho que no cree que afecte al procedimiento, ya que sí que se cuenta con la transcripción de la secretaria judicial que, "si bien no tiene la misma precisión que el audio, sí que tiene la misma validez".

Asimismo, ha indicado que la condena de una persona no sólo se basa en su declaración, sino que se ha de contar con más indicios o pruebas que constaten la culpabilidad.

Por su parte, el abogado de Bernardo Montoya, Miguel Rivera, ha explicado que está a la espera de acceder a la transcripción de dicha declaración y analizarla ya que, a la vista de lo que esté recogido y, teniendo en cuenta que en la segunda declaración del 4 de abril se exculpó de todo lo sucedido, no descarta solicitar la puesta en libertad provisional de su cliente.

En esa primera declaración que no ha quedado grabada, que tuvo lugar el 23 de diciembre, Montoya reconocía haber abordado por sorpresa a la joven a las puertas de su casa en El Campillo (Huelva) y haberla golpeado hasta dejarla inconsciente para posteriormente llevarla a un paraje y allí abusar sexualmente de ella y acabar con su vida con una piedra.

Sin embargo, en su última declaración judicial, Montoya responsabiliza de la muerte de la joven zamorana a una expareja suya, de nombre Josefa, a la que habría conocido en la cárcel Puerto III.

El día de la desaparición de Laura, el 12 de diciembre, según narró, esta mujer fue a verle a El Campillo y al ver a la joven que iba a entrar en la vivienda que ésta presuponía seguía siendo del padre de Bernardo, movida por los celos, la requirió para que se acercara y comenzó a insultarla y golpearla y, ya dentro de la casa, la mató con un martillo, para después deshacerse ambos del cuerpo.