La comitiva judicial que el domingo por la mañana se disponía a ejecutar un desahucio por el impago del alquiler en un piso del barrio de San Roque, se encontró en su interior con el cádaver de una de las inquilinas, una mujer de 71 años. La Policía Nacional busca a la hija de la fallecida, nacida en 1978, tras la aparición en el domicilio de una nota escrita cuyo contenido alude a una difícil situación de sufrimiento y del que se deduce que supuestamente la mujer ayudó a morir a su madre, según fuentes conocedoras de la investigación. El 091, a través de fuentes oficiales, informa de que "no se descarta ninguna hipótesis" para explicar el fallecimiento.

El hallazgo del cuerpo sin vida de la septuagenaria se produjo antes de las diez de la mañana. El personal jurídico desplazado no recibió respuesta alguna tras llamar varias veces a la puerta de su vivienda en el segundo piso y al acceder a ella se encontró con el cádaver. Las ocupantes iban a ser desalojadas por no pagar el alquiler del piso, en el que, según una vecina del barrio que a diario las veía pasear frente a su negocio, vivían desde hacía pocos años. La plataforma Stop Desahucios, consultada por este periódico, no tenía conocimiento de la situación de estas inquilinas.

Al lugar se desplazaron unidades sanitarias, de la Policía Nacional y la Policía Local, esta para hacerse cargo de dos perros que vivían con las mujeres, a los que trasladó a la perrera municipal. La unidad de Familia y Atención a la Mujer del 091 está al frente de la investigación a raíz de la nota encontrada en el piso. Según fuentes próximas al caso, la persona que la escribió hace referencia al sufrimiento por el que pasaba la mujer mayor y a un intento previo de acabar con su vida. La desaparición de la hija, la única persona con quien vivía la fallecida, la convierte en supuesta autora del escrito, que hace alusión al deseo de reunirse con su madre.

La presencia de patrullas policiales y un vehículo sanitario llamó la atención a los pocos responsables o trabajadores de negocios próximos en la calle Perú, aunque casi nadie conocía a las dos mujeres. Una hostelera sí las recuerda pese a no tener trato con ellas, ya que las veía pasear junto a su establecimiento con los perros, "pequeños y mayores", hasta la plaza de la Tolerancia, la madre con "dificultades de movilidad" unos pasos detrás; a la hija, añade, se la veía sola últimamente en la calle junto a los animales, con apenas trato vecinal.