La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a nueve años de internamiento en el psiquiátrico penitenciario a un hombre acusado de asesinar a su padre tras asestarle 117 puñaladas en septiembre del 2016.

Tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular antes de verano, la Audiencia de Sevilla ha condenado al acusado a nueve años de prisión por un delito de asesinato con la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica y a la medida de internamiento en un Hospital Psiquiátrico Penitenciario.

La sentencia, remitida por el TSJA, recoge que el jurado declaró probado que el acusado convivía con su padre en una vivienda de la capital hispalense y que "las disputas y peleas" entre ambos "eran frecuentes y en la mayoría de los casos venían motivadas por la adicción" del procesado a sustancias estupefacientes.

Asimismo, el jurado consideró probado que el acusado estaba diagnosticado de trastorno paranoide de la personalidad y su comportamiento "era hostil y agresivo", todo lo cual motivó "diversas intervenciones policiales y denuncias, que fueron en ocasiones archivadas, por decisión de su padre".

Según el fallo, los hechos tuvieron lugar durante la madrugada del 13 de septiembre de 2016, cuando el acusado y su padre "se enzarzaron en una fuerte pelea" porque el encausado "pensó que su padre le había cambiado la droga que compró para su consumo por morfina mezclada con pastillas".

El acusado "fue adoptando un comportamiento cada vez más violento y agresivo" hasta que "cogió un cuchillo de cocina" y, "aprovechando que su padre estaba sentado en el sofá frente al televisor, se fue hacia él y con la clara intención de acabar con su vida, comenzó a asestarle puñaladas" a la altura de la cabeza y la cara.

"Con intención de asegurar la muerte de su padre, y aún cuando este último interpuso los brazos y trató de repeler la agresión, no sólo le realizó cortes en la cara y en el cuello, sino que continuó asestándole numerosas puñaladas en los hombros, en el abdomen y en el pecho hasta el punto que llegó a doblar la hoja del cuchillo", añade la sentencia.

Incluso tras ello, "el acusado no se detuvo en su acción y cogió otro cuchillo y se lo clavó a su padre en el lado izquierdo del cuello", asestándole asimismo puñaladas en la cadera y en el tórax, todo ello "hasta que finalmente su padre cae al suelo, donde el acusado le clavó un destornillador en el pecho".

En total le asestó 117 puñaladas "de diversa profundidad", algunas de ellas en zonas vitales como el pecho y el cuello, provocándole la muerte por choque hemorrágico agudo secundario a heridas por arma blanca.