Un total de 266 personas resultaron heridas al derrumbarse, al filo de la pasada medianoche, un muelle de madera en Vigo durante uno de los conciertos del festival 'O Marisquiño'. Cinco de los afectados están graves, pero en principio no se teme por la vida de ninguno de ellos, informó el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, en declaraciones a la Radio Galega. Presentan fracturas, alguno traumatismo craneoencefálico. Tres fueron ingresados en el hospital Álvaro Cunqueiro y dos en Povisa.

Parte de los accidentados cayeron al mar y se vivieron escenas de caos y pánico por las dificultades que tuvieron para salir del agua, dada la inclinación del muelle derrumbado y la situación de muchas víctimas, unas encima de otras, tratando desesperadamente de alcanzar tierra firme. Al cierre de esta edición, la Policía Nacional señaló que no tenía constancia de víctimas mortales, aunque buzos profesionales rastreaban las aguas para asegurarse de que no quedaba ninguna persona atrapada bajo el derrumbe.

Testimonios recabados por Faro de Vigo aseguraron que el suelo de madera cedió durante la primera canción del concierto, justo después de que el cantante Rels B, que acababa de iniciar su actuación, indicase a la multitud que saltara. Quienes se salvaron de la caída ayudaron enseguida a los accidentados. "He pasado el peor momento de mi vida", comentó Andrés, un joven espectador de Mallorca que veía el concierto desde la zona VIP, y que había visto "gente llorando, otros corriendo".

Miembros de la Policía Nacional, de la Policía Local y demás personal de emergencias ayudaron de inmediato a los accidentados, y ordenaron despejar el paseo para la llegada de las ambulancias, que se desplazaron al lugar en gran número. Los heridos de menor consideración fueron trasladados al centro de urgencias extrahospitalarias (PAC) de la calle Pizarro, en los bajos del antiguo Hospital Xeral, mientras que los más graves fueron llevados al Hospital Álvaro Cunqueiro y a Povisa.

La organización del festival urbano estableció un puesto de ayuda e información en la Praza da Estrela, donde debían acudir los familiares o amigos que echasen en falta a alguien. En el Hotel Ciudad de Vigo se fijó un punto de recogida de objetos perdidos, donde no paraban de sonar los móviles.

Cerca de las dos de la madrugada seguían desplazándose al lugar servicios de emergencia.

La tensión, el nerviosismo, el miedo y también el alivio vivido en el paseo de las Avenidas se condensa en la historia de una joven de 16 años que estaba justo en la zona del accidente y de su madre, que acudió a buscarla desde casa cuando trascendió lo que había sucedido. "Estábamos todos en la pasarela y de repente se abrió todo, caí encima de gente y gente se cayó encima de mí", explica la adolescente, que estaba magullada. Todavía le tiembla la voz cuando recuerda lo que vivió en primera persona, en una sucesión de acontecimientos que resulta caótico: "Me dieron en la cabeza. Luego se cayó un contenedor. Intenté salir. Me ayudó alguien, creo. Yo ayudé a sacar a dos personas, una de ellas era una amiga mía que no era capaz de salir. El contenedor se nos caía encima a un chaval y a mí e intentábamos aguantarlo. Luego en la pasarela, por delante, se estaba cayendo, porque había como dos sitios. Se caía encima de la gente que estaba debajo. Los que tenían fuerza debían intentar levantarla, pero yo no tenía fuerza y salí. No toqué agua porque había mucha más gente debajo".

"Tengo un golpe en la cabeza y en la pierna. Me di en el cemento al caer. Toda la gente que conozco creo que está bien. Perdieron zapatos y así. Dijeron que solo había dos graves", explica.

Tiene al lado a su madre, que cuenta cómo se enteró: "Me avisó otra madre que venía a buscar a su hija, que se había derrumbado la pasarela o algo. Estaba viendo la televisión y me he venido escopeteada. Llamando a la niña, no me cogía". Su hija estaba intentando encontrar a sus amigos. Cuando finalmente han podido hablar por teléfono, "estaba muy nerviosa