La Policía Nacional ha detenido al atracador que esta mañana retuvo a nueve rehenes en el interior de una sucursal bancaria situada en el número 19 de la avenida de la Constitución de Gijón. Los agentes de la Comisaría de El Natahoyo encargados del caso lograron que el delincuente saliera de la oficina sin provocar heridos. Como medida de precaución hasta el lugar de los hechos se desplazó una ambulancia con sanitarios de emergencias médicas que prestó atención a varias personas que sufrieron cuadros de ansiedad.

El atraco en Gijón causó una gran conmoción en la zona. Decenas de curiosos se acercaron hasta la sucursal bancaria para interesarse por el amplio despliegue policial. El atracador, que llegó a solicitar droga a cambio de liberar a las víctimas, será conducido a los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo. Podría pasar mañana a disposición judicial.

El aviso del atraco lo dio la central de alarmas sobre las 13.50 horas. Inmediatamente agentes de la Policía Nacional acordonaron la zona y comenzaron una negociación con el atracador, a fin de que liberara a los rehenes y se entregara. Desde la Comisaría informaron que el acusado, armado con una pistola detonadora no preparada para munición real, había amenazado a los empleados del banco "para llevarse el dinero de las cajas de atención al público".

El atracador solicitió agua, tabaco y droga como requisitos previos a entablar conversión. "Los agentes, a cambio de cumplir con sus exigencias, le pidieron la liberación de rehenes y éste, como gesto de buena voluntad, permitió salir a seis personas de las nueve retenidas. Tras varios contactos los Policías fingieron cumplir sus pretensiones y en el momento en el que se iba a realizar la supuesta entrega de los efectos exigidos por él, procedieron a su detención y a la liberación de tres empleados que permanecían dentro de la oficina", explicó una portavoz de la Comisaría.

La Policía asegura que el arrestado entregó la pistola "sin ofrecer resistencia alguna". Además se le intervino una pistola con la que había emanzado a los retenidos y dos sobres en los que guardaba entre sus ropas más de 6.000 euros. La operación duró 40 minutos.