La Policía Nacional ha reanudado hoy en el río Manzanares, en Madrid, la búsqueda de restos del cadáver de un ciudadano serbio que supuestamente fue víctima del grupo que asesinó en 2003 al primer ministro de ese país, Zoran Djindjic, tras el hallazgo en las últimas horas de fragmentos óseos en el cauce.

Según ha confirmado la Dirección General de la Policía, la búsqueda se ha reanudado hoy cuando ha amanecido y la luz ha permitido continuar con los trabajos que empezaron ayer y que fueron suspendidos durante la noche.

Fuentes de la investigación han precisado a Efe que la policía está analizando hoy los restos óseos que se han hallado en el río Manzanares para establecer su identidad, aunque todo apunta a que se trata del cadáver del ciudadano serbio que se busca desde ayer.

La sección de Antropología de la Comisaría General de la Policía Científica es la encargada del análisis de esos restos humanos.

Paralelamente, unos cincuenta agentes continúan trabajando durante la mañana de hoy en el río, a la altura del Puente del Rey, para buscar más restos del cadáver.

En la inspección participan cincuenta agentes de la Policía Científica, Seguridad Ciudadana y del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT).

Ayer los agentes, con trajes que les permitían adentrarse en el agua, analizaron y recogieron algunos restos y los cribaron en unas bandejas.

La búsqueda ha sido ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu en relación con la detención el pasado mes de febrero en Valencia de Vladimir Milisavljevic, considerado el autor material del asesinato de Zoran Djindjic, del presunto inductor del crimen, Luka Bojovic, y de otras dos personas, miembros de la mafia serbia "Clan de Zemun", acusada de múltiples delitos en varios países.

Asesinaron, desollaron y se comieron a la víctima

Según han informado fuentes de la investigación, el ciudadano serbio, cuyos restos busca la Policía en el río Manzanares, fue asesinado a martillazos en un piso de Madrid por compatriotas, quienes se comieron parte de la carne del cadáver.

En sus declaraciones policiales, los presuntos asesinos confesaron que separaron la carne de los huesos de la víctima tras asesinarle, se comieron parte del cuerpo y se deshicieron de los restos que no quisieron tirándolos por el inodoro.

Posteriormente intentaron moler los huesos con una máquina trituradora, que finalmente se atascó.

Ante la imposibilidad de triturar todos los restos, decidieron arrojarlos al río Manzanares, donde la Policía intenta ahora localizarlos, según las mismas fuentes.