Las autoridades de Arizona (centro-sur de EE UU) continúan su lucha contra las llamas de un enorme incendio que ha obligado a evacuar a cerca de 3.000 personas y está fuera de control, informaron ayer las autoridades.

Desde el pasado 31 de mayo, cuando se originó el incendio, el fuego ha devorado casi 60.000 hectáreas de terreno, y avanza alimentado por la maleza seca y los fuertes vientos hacia la frontera con el estado de Nuevo México.

Las autoridades del Condado de Apache, en el nordeste de Arizona y donde se encuentran las localidades evacuadas de Greer, Nutrioso y Springerville, han señalado que es el tercer incendio más grande de los que se tiene registro en Arizona.

Además, han indicado que 1.300 efectivos se encuentran combatiendo el fuego, incluidos varios helicópteros e hidroaviones. «Puede que esto solo sea el comienzo de una batalla muy complicada», dijo a la CNN, Brad Pitassi, portavoz del Equipo de Gestión de Emergencias del Suroeste de EE UU.

«Es un fuego muy importante. Con un gran potencial de crecimiento», agregó Pitassi, quien explicó que las labores de extinción se habían complicado por los fuertes vientos que soplan en la zona.

En la noche del sábado la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, dijo tras sobrevolar el terreno quemado hasta el momento que «es horrible, algo que nunca había visto desde el aire. Parece que se está moviendo con bastante rapidez».

El principal frente del incendio tiene una longitud de 48 kilómetros, indicó Pitassi, quien señaló que las causas del fuego aún están bajo investigación.