La Policía vasca detuvo ayer a una mujer de 23 años en Bilbao después de dejar a sus tres hijos solos en casa toda la noche. Se le imputa un delito de abandono de los menores, de 8 meses y 4 y 2 años. Los mayores fueron encontrados llorando en el balcón de la vivienda, en la que estaban encerrados. El bebé de 8 meses estaba tirado en el suelo. Fue una vecina la que llamó a la Ertzaintza sobre las ocho y media de la mañana. La mujer advertía de que dos niños de corta edad estaban solos en el balcón de una vivienda, con el peligro que esta circunstancia podía suponer.

Varios agentes se trasladaron al lugar rápidamente y tuvieron que entrar por la fuerza en el piso, «ante la imposibilidad de contactar con la madre de los niños», según informó la Consejería de Interior en una nota. Al acceder a la vivienda, los policías se encontraron con el bebé tirado en el suelo, que, según sus hermanos, se había caído de la cuna», y a los otros dos niños encerrados en el balcón llorando a lágrima viva.

Los ertzainas avisaron a los servicios sociales y a una ambulancia, que trasladó a los menores a un centro hospitalario para efectuarles una «revisión exhaustiva». Una vez reconocidos, una trabajadora social se hizo cargo de los niños, que fueron llevados un centro asistencial.

Mientras tanto, la madre, «ausente del domicilio durante gran parte de la noche», fue arrestada cuando se presentó en la vivienda, con la mañana ya avanzada. La mujer pasará a disposición del juez de guardia, imputada por un delito de abandono de familia. Posiblemente perderá la custodia de los menores. Además, los agentes requirieron la presencia del padre de los niños, para conocer las circunstancias del abandono y dejar a los niños bajo su custodia, si fuese necesario.

El problema es que, cuando lo identificaron, los agentes descubrieron que tenía pendientes dos órdenes judiciales de ingreso en prisión, por motivos ajenos a este caso de los menores, según precisaron fuentes del departamento de Interior vasco.

Condenada en Málaga por empujar a su hija porque lloraba

La Audiencia de Málaga ha confirmado la condena a una madre por la reacción contra su hija de un año y medio, a la que empujó después de que se pusiera a llorar, estando ambas en un centro para mujeres maltratadas. Se le impuso la prohibición de acercarse a la niña, que no fue lesionada, en un año y 35 días en beneficio de la comunidad. Así, se desestima el recurso presentado por la defensa de la mujer contra la sentencia dictada por un juzgado de lo penal de la capital, que declaró probado que la acusada estaba el 5 de enero en un centro de acogida para maltratadas con su hija cuando llegaron los Reyes Magos, lo que «asustó a la menor quien se puso a llorar». Esto provocó «una reacción violenta en la acusada, quien la tenía en brazos, tirándola al suelo», de donde la niña fue recogida por una educadora del centro, «tras haber empujado la procesada a la menor para impedírselo» y tras haberle quitado con fuerza a la niña, según la resolución.