Barcelona.- En tan sólo dos semanas, dos mujeres han fallecido en otras tantas clínicas barcelonesas tras someterse a una operación gástrica para tratar la obesidad. La segunda, una mujer de 48 años, moría en la noche del viernes en la clínica Sagrada Familia de la Ciudad Condal después de haber sido intervenida. Al parecer, y según indicó el Defensor del Paciente, la víctima no llegó a despertar tras la operación, ya que quedó en estado de muerte cerebral. En consecuencia, la Consejería de Salud de la Generalitat de Cataluña, anunció ayer la apertura de un expediente informativo para esclarecer lo sucedido, aunque quiso dejar claro que éste es un procedimiento habitual en este tipo de casos y no presupone una "mala praxis" por parte del equipo médico. Lo cierto es que la proximidad de ambos casos ha levantado las sospechas del Defensor del Paciente sobre este tipo de intervenciones, ya que la muerte del viernes se produce tan sólo 15 días después de que otra joven, Laura R.M., de 19 años, falleciera en la Clínica CIMA de Barcelona después de que le implantasen una vía gástrica endoscópica. Sin embargo, lo sucedido el viernes parece ser algo distinto, ya que según avanzó "La Vanguardia", una posible causa de la muerte pudo ser que el cirujano que operó a la mujer decidiera practicar a la paciente un "by pass" gástrico, pese a que no padecía obesidad mórbida, aunque sí estaba muy afectada por su peso.