Manila.- Un alud de tierra sepultó ayer al pueblo filipino de San Bernardo, en la sureña isla de Leyte, donde había censados 3.000 residentes y se teme que puedan haber fallecido en la tragedia hasta 1.700 personas. El presidente de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, declaró que intentan verificar las informaciones de los medios locales de que el alud podría haber causado 200 muertos y 1.500 desaparecidos.

Las primeras imágenes difundidas por la televisión filipina tomadas desde el cielo de San Bernardo no permiten vislumbrar o distinguir señal alguna de la población, ni edificios ni tejados, menos aún vida. «Toda la zona se encuentra sepultada por una montaña de barro», resumió la gobernadora de Leyte, Rosette Lerias, tras visitar el área. Lerias indicó que el lodo hacía imposible la circulación de maquinaria pesada, e informó de que las operaciones de rescate, que avanzaban «muy despacio» porque había empezado a llover, han sido aplazadas hasta hoy, sábado, al caer la noche debido a la falta de electricidad. Fuentes de la Cruz Roja filipina en Manila indicaron que un equipo de trece personas, entre los que se encuentra un médico, han llegado a la zona afectada, en el sur de Leyte, a unos 650 kilómetros al sureste de Manila.

La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, interrumpió la programación de la televisión estatal para dirigir un mensaje de un cuarto de hora de duración, en el que informó a la población de la tragedia de San Bernardo y prometió a las víctimas ayuda antes de 24 horas. «La ayuda está en camino, llegará por tierra, mar y aire. Pronto estaréis a salvo», aseguró la mandataria filipina. «Se emplearán todos los recursos del Gobierno para llevar la mayor ayuda y lo más rápido posible. Toda la Fuerza Naval de Visayas (región de Filipinas donde ha ocurrido la catástrofe) está volcada en salvar a sus compatriota», manifestó la dirigente.

El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy que ya ha enviado dos buques que tiene en Filipinas a la zona de ese país donde un pueblo fue sepultado por un alud de tierra, para participar en las operaciones de ayuda.

La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) enviará recursos para ayudar a paliar los efectos del alud de lodo que tuvo lugar la pasada madrugada en la isla filipina de Leyte, y en el que se teme que podrían haber muerto hasta 1.700 personas. La embajada de España en Manila, a través de su Oficina Técnica de Cooperación, destinará 30.000 euros a la Cruz Roja, «en cuanto ésta exprese las necesidades básicas que precisa».