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Ola de calor

La ola de fuegos desnuda las carencias en el abordaje de los incendios de última generación en España

La cadena de fuegos simultáneos ha detonado el debate sobre la necesidad de abordar una revisión de las estrategias de prevención, gestión forestal y extinción

La rápida y voraz expansión de los fuegos en Galicia, Extremadura y Castilla y León ha puesto al límite a la capacidad de respuesta de los equipos de emergencia

Imagen nocturna del incendio en Oimbra, en la provincia de Ourense.

Imagen nocturna del incendio en Oimbra, en la provincia de Ourense. / BRAIS LORENZO / EFE

Valentina Raffio

Barcelona

La oleada de incendios simultáneos que aún golpea España está poniendo a prueba la capacidad de extinción de los bomberos y desnudando las carencias para hacer frente a fuegos de gran tamaño o megaincendios que, debido a la crisis climática, sabemos que irán a más. En los frentes más complicados, las labores de los miles de bomberos y voluntarios desplegados dan signos evidentes de no ser suficientes para contener las llamas ante la virulencia y la rapidez de unos fuegos, los llamados de última generación, que ya forman parte de la normalidad climática. "Estamos luchando con tractores y mangueras de los propios vecinos", aseguraba por la mañana José María Sánchez, el alcalde de Alija del Infantado, desde uno de los municipios que han alertado de las serias dificultades que se están viviendo para hacer frente al fuego.

Lo cierto es que la cadena de fuegos simultáneos ha detonado el debate sobre la necesidad de abordar una revisión de las estrategias de prevención, gestión forestal y extinción. La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen –quien ha explicado que el Gobierno está en contacto con la UE para pedir refuerzos "si es necesario"– ha apuntado que los 14 incendios que este miércoles aún seguían activos son "un aviso claro" para ser conscientes de que el cambio climático está ahí" y que, por lo tanto, "se deben emprender todas las actuaciones en materia de prevención para que, cuando llegue la temporada de incendios, los daños sean los mínimos posibles".

De hecho, varias asociaciones de bomberos han denunciado en las últimas horas la falta de medios en los operativos. Precisamente, preguntado por los periodistas por esta cuestión, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha negado que faltaran recursos, pero ha admitido que "reflexionarán" ante la evidencia de que los incendios son cada vez más recurrentes y potentes. "Las condiciones meteorológicas –ha añadido– han hecho que los fuegos estén fuera de la capacidad de extinción".

Asociaciones de bomberos denuncian que los operativos sobre el terreno estan trabajando sin los recursos necesarios

En este sentido, Oriol Corbella, inspector de los bomberos de la Generalitat, apunta a que los incendios de última generación, en efecto, necesitan un abordaje diferente a los habituales. "El aumento de combustible en los bosques junto con las olas de calor derivadas del cambio climático hacen que la energía del fuego alcance una velocidad muy difícil de controlar: pueden llegar a quemar más de 10.000 hectáreas en 12 horas, por lo que obliga a cambiar la estrategia para combatirlos". Según este especialista, la dinámica del fuego ha cambiado y las llamas se desplazan a "saltos", creando puntos de ignición a 100 y 200 metros, por lo que los cortafuegos no funcionan.

"Estos incendios superan la capacidad de extinción de cualquier cuerpo de bomberos, ya que matemáticamente no se puede utilizar el volumen de agua que sería necesaria para enfriar tanta intensidad de energía". Por tanto, añade, los bomberos deben actuar en la cabeza del incendio aprovechando los cambios de condiciones meteorológicas y cuando se acaba la vegetación que actúa como combustible para las llamas.

Falta de prevención

Precisamente ese "combustible" es una de las piezas claves que se debe tener en cuenta en una revisión de las tareas de prevención y gestión forestal, lastrada también por el cóctel que forman el abandono rural y el avance del cambio climático. En este sentido, plataformas como WWF coinciden en que, aunque España cuenta con uno de los mejores sistemas de extinción del mundo, "hay fuegos que superan cualquier capacidad de abordaje" y que, por lo tanto, la única forma de evitarlos es fomentar las medidas de prevención para "mejorar la gestión del paisaje y reducir su inflamabilidad". Greenpeace, por su parte, también hace hincapié en la necesidad de que las comunidades autónomas cumplan la normativa en Zonas de Alto Riesgo de Incendio, con criterios comunes y recursos adecuados.

Entidades ecologistas denuncian que estos fuegos son consecuencia de "una falta crónica de prevención y gestión forestal", agravada por el cambio climático y el abandono rural

Desde Ecologistas en Acción, poniendo como ejemplo el caso de Tarifa, se acusa a las administraciones de incumplir convenios y planes de prevención. Para las tres organizaciones, la actual oleada de incendios es la prueba de que "la extinción sola no basta", sino que hay que invertir en mantenimiento, gestión del territorio y educación para reducir el riesgo de que broten episodios extremos que destruyan vidas, patrimonio y biodiversidad. Greenpeace, de hecho, calcula que "con una inversión de 1.000 millones de euros al año en prevención y gestión de incendios forestales, el ahorro estimado sería de 99.000 millones de euros, es decir, un retorno del 9.900%".

Greenpeace y Ecologistas en Acción reclaman a las autoridades cumplir con los convenios y planes de prevención frente a incendios, que en muchos casos nunca llegan a ejecutarse

Los incendios siguen abriéndose paso

Mientras el debate y la necesidad de replantear las políticas antiincendios se abren paso, los fuegos han seguido hoy avanzando sin control y poniendo en jaque especialmente Galicia y Castilla y León. En Zamora y León se contabilizan una decena de fuegos forestales de gran magnitud y se estima que las llamas ha obligado a desalojar a más de 8.200 personas y que hay al menos siete heridos de gravedad, de los cuales cuatro estaría en estado crítico con quemaduras en hasta el 85% de su cuerpo. En la zona se ha desplegado un operativo de al menos 1.500 personas que están luchando sobre el terreno para ahogar unas llamas que están siendo "extremadamente difíciles de abordar" y que "todavía avanzan de forma descontrolada".

También preocupan, y mucho, los incendios de Galicia. Sobre todo por los focos situados en Ourense, donde ya han calcinado más de 12.000 hectáreas. Los fuegos han obligado a desalojar localidades próximas a las llamas y confinar a otras. En total, se estima que hay una quincena de heridos, entre los cuales tres brigadistas que se encuentran hospitalizados con pronóstico muy grave.

En la provincia de Cáceres, en Extremadura, se reportan al menos 18 incendios forestales entre la noche del lunes y este miércoles al mediodía. De todos estos, al menos dos siguen activos y han adquirido una magnitud considerable; uno cerca de la localidad de Jarilla y otro en Casares de las Hurdes. Por el momento, se estima que estos fuegos han obligado a evacuar a más de 700 personas. Ante esta situación, las autoridades extremeñas han decretado una alerta de nivel 2 de su operativa frente a incendios y han reclamado la intervención a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el refuerzo de medios estatales. En total, se estima que en tan solo unas horas en la zona se han quemado más de 2.450 hectáreas.

Los registros apuntan a que hasta ahora, aun con varios fuegos fuera de control y varios más brotando en todo el territorio, en tan solo una semana en España han ardido casi 60.000 hectáreas en una oleada de incendios simultáneos que atraviesa todo el territorio.

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