SALUD BUCODENTAL

El reto de cuidar la boca de niños con trastornos del neurodesarrollo: "Tienen una microbiota oral desfavorable"

Un estudio de la Fundación Querer investiga si existe una relación entre estas patologías y la salud bucodental, lo que podría influir en la prevención de enfermedades

Imagen de una visita al dentista.

Imagen de una visita al dentista. / EP

Madrid

Un estudio científico puesto en marcha por la Fundación Querer –volcada en niños con necesidades educativas especiales derivadas de sus enfermedades neurológicas y que sufren específicamente trastorno de lenguaje– investiga la relación entre la microbiota oral –el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus y protozoos) que viven en la cavidad bucal– y los trastornos del neurodesarrollo. Busca determinar si existe una correlación entre estas patologías y la salud bucodental, lo que podría influir en la prevención.

El trabajo está liderado por las doctoras Mariangela Tabone y Montserrat Diéguez Pérez, de la Universidad Europea de Madrid. La relevancia que tiene el estudio es que se ha visto que en niños con trastorno del neurodesarrollo su microbiota oral es "desfavorable", apuntan.

La microbiota, el conjunto de microorganismos que habita en nuestro cuerpo, juega un papel fundamental en la salud general, incluyendo funciones cruciales en la digestión, el metabolismo y el sistema inmunológico. Las investigaciones han demostrado que un equilibrio adecuado de la microbiota es esencial para el correcto funcionamiento del organismo y para la protección contra enfermedades.

Conductas sensoriales

Los trastornos neurológicos del neurodesarrollo, como el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) o el Síndrome de Williams, comparten dificultades en la comunicación social, el lenguaje y las conductas sensoriales o motoras. Estas condiciones suelen tener origen neurobiológico, aparecen en la infancia y presentan una evolución crónica con diversos grados de afectación según el caso, detalla el estudio.

Los trastornos están asociados a problemas de salud oral, como caries, enfermedad periodontal y maloclusiones, que pueden verse agravados por la dificultad para tolerar el cuidado bucal

Los trastornos están asociados a problemas de salud oral, como caries, enfermedad periodontal y maloclusiones, que pueden verse agravados por la dificultad para tolerar el cuidado, diferencias en el procesamiento sensorial y barreras de acceso a servicios odontológicos. La microbiota oral también juega un papel relevante, ya que su desequilibrio (disbiosis) puede favorecer la proliferación de bacterias patógenas.

La doctora Mariangela Tabone

La doctora Mariangela Tabone / Fundación Querer

Los resultados del trabajo –titulado 'Microbiota salival en niños con trastornos del neurodesarrollo: marcadores predictivos de salud oral' y comandado por las doctoras Mariangela Tabone, profesora titular de Biología Molecular en la Universidad Europea de Madrid, y Montse Diéguez, profesora titular de Odontopediatría de la misma universidad– se darán a conocer en las jornadas Neurocientíficas y Educativas de la Fundación Querer que se celebran los próximos 10 y 11 de junio en Madrid.

Restos de saliva

Para llevar a cabo la investigación han estudiado la fisionomía bucal y han cogido restos de saliva de los niños del 'Cole de Celia y Pepe', centro especializado en facilitar la inserción de menores con trastornos severos en el lenguaje y la comunicación.

"Hemos hecho un estudio donde describimos la cavidad oral de los niños que sufren trastornos de desarrollo, comparados con niños que no los tienen. Hay muchos estudios de microbiota intestinal –como la que tenemos en el colon– pero no tantos de microbiota oral. Es más, también en autismo, hay investigaciones que nos dicen que los niños tienen muchísimos problemas desde un punto de vista estrictamente odontológico, pero, de bacteria descrita, hay muy poco".

Punto de vista clínico

"Se ha visto que las condiciones cognitivas, fisiológicas y conductuales les llevan, en general, a tener una mala salud oral. Imaginemos, por ejemplo, un niño que se va a cepillar y, ya solo el ruido del cepillo o el sentir las cerdas del cepillo, le asusta. En la literatura científica, lo descrito se refiere a manifestaciones clínicas de salud oral pero, efectivamente, sobre microbiota oral, hay muy poquita información", abunda la doctora Díeguez.

La relevancia que tiene el estudio que han realizado, abunda, es que se ha visto que en niños con trastorno del neurodesarrollo su microbiota oral es "desfavorable" y, sin embargo, no está relacionada con la salud oral que tienen, que en el caso de los pequeños del cole estudiado, está muy cuidada. Algo que no es lo habitual, reseñan.

Buenos hábitos

¿Qué significa esto? "Son menores que tienen un riesgo importante de desarrollar enfermedades de la cavidad oral pero este riesgo se está contrarrestando. ¿Por qué? "Por toda una serie de prácticas. Hemos hecho también un estudio para ver un poco su alimentación, sus hábitos dietéticos y, es verdad, que están muy cuidados. Ni siquiera comen golosinas, 'snacks' salados, bebidas azucaradas... todos los alimentos que puedan propiciar la aparición de caries y enfermedades", precisa Mariangela Tabone.

Por las características de su microbiota oral deben tener un mayor seguimiento desde la infancia y un mayor control que la población sana

"Hay una serie de factores sobre los que podemos actuar como son los hábitos higiénico-dietéticos. Precisan un seguimiento más exhaustivo que la población general, porque tienen mucho más riesgo de presentar esas alteraciones", añade la doctora Montse Diéguez.

La doctora Montse Diéguez

La doctora Montse Diéguez / Fundación Querer

Y dan otro apunte: en casi todos los estudios donde se ha visto que los menores tienen una mala higiene oral, se asocia a un nivel socioeconómico bajo. Las investigadoras concluyen con un llamamiento: que esa higiene bucal tan controlada en niños con trastornos del neurodesarrollo como a los que han estudiado se traslade a la población infantil en general. "Quisiera subrayar la importancia que tiene el cepillado después de cada comida y que, desgraciadamente, a día de hoy en los colegios no se está haciendo", concluye Diéguez.

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