Sostenibilidad

Del contenedor al reciclador: el camino que siguen los envases

Según datos publicados por Ecoembes, en el 2022, se enviaron a las instalaciones recicladoras un total de 1.627.313 toneladas de envases de plástico, latas, briks y papel y cartón

El 80% de los hogares españoles se declaran recicladores, según un estudio publicado por Ecoembes

El 80% de los hogares españoles se declaran recicladores, según un estudio publicado por Ecoembes

Cuando Paula se mudó a su actual vivienda, hace ahora cinco años, se propuso un objetivo claro: reciclar todos los residuos que generase. “Hace 10 años me hubiera parecido una locura tener que separar los residuos por su material, pero ahora me parece impensable no hacerlo”, confiesa la joven de 32 años. Paula es un reflejo del creciente compromiso que ha adquirido la sociedad con el medioambiente y, concretamente, con el reciclaje en los últimos años. De hecho, según el estudio 'Hábitos de reciclaje de la población española', elaborado por Kantar para Ecoembes, 8 de cada 10 ciudadanos encuestados se declaran recicladores.

Asimismo, según los últimos datos publicados por la organización ambiental, en el 2022, se enviaron a las instalaciones recicladoras 1.627.313 toneladas de envases domésticos de plástico, latas, briks y papel y cartón para ser reciclados y darles una nueva vida, un 3,6% más que en el año anterior. Del total de toneladas de envases reciclados, más de 1,2 millones procedían de los envases que los ciudadanos separaron en los contenedores amarillos y azules de la calle y en las papeleras de colores instaladas en espacios de gran afluencia de público.

Nueva oportunidad

“En mi casa tengo cuatro cubos: uno para el papel y el cartón, otro para latas, otro para los residuos orgánicos y, por último, uno para el vidrio”, explica Paula. De hecho, “cada hogar tiene un promedio de 3,4 cubos en casa y, uno de esos cubos es siempre el amarillo”, añade el estudio de Kantar.

Este es el primer paso que millones de ciudadanos llevan a cabo a diario como una de las medidas con las que intentar frenar el cambio climático para intentar frenar el cambio climático y construir un planeta más sostenible. Un paso imprescindible y que precede a un proceso de transformación que acabará otorgando una nueva vida a esos residuos que ciudadanos como Paula han decidido separar en sus hogares. 

Y el proceso continúa en los 632.146 contenedores amarillos y azules que hay repartidos en las calles del país y en las más de 56.400 papeleras de colores disponibles en lugares con una concurrencia alta, como aeropuertos, parques temáticos, estadios de fútbol, bares y restaurantes. Los camiones de recogida son los encargados de recoger los envases que los ciudadanos han depositado en los contenedores y transportarlos a las plantas de selección, en el caso de los contenedores amarillos, y a las instalaciones recicladoras, en el caso del contenedor azul. 

Los ayuntamientos de las distintas municipalidades son los encargados de establecer la frecuencia de recogida y organizar la flota de camiones. En municipios como L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, donde la densidad de población es muy elevada, la recogida es diaria. Tal y como explica el jefe de servicio de recogida del Ayuntamiento de este municipio, Lluís Fatas, “las fracciones de resto, papel y cartón y envases de plástico, latas y briks se recogen a diario, en cambio, los contenedores de orgánico y el vidrio los vaciamos una vez a la semana”. Además, según Fatas, en los últimos años ha habido un incremento en el volumen de los contenedores: “el auge del consumo on line se ha notado en la cantidad de embalajes y envoltorios, sobre todo de plástico, que se acumulan en los contenedores”. 

Además, el aumento de la conciencia ambiental hace que cada vez sea más importante una buena separación de los distintos envases del contenedor amarillo por materiales para poder reciclarlos. Para ello, los camiones de recogida se encargan de transportar estos residuos a las plantas de selección, donde se lleva a cabo la separación. En total, España cuenta con un total de 97 plantas de selección. “Dependiendo del material, se utiliza una tecnología u otra: por ejemplo, en el caso de las bolsas (plástico film), se utilizan ciclones aspiradores, y, para el plástico PEAD (Polietileno de Alta Densidad), el de las botellas de detergentes, lectores ópticos”, explica el presidente ejecutivo de Sogama, Javier Domínguez Lino. En esta planta, situada en la provincia de A Coruña, llegan a separar hasta cuatro tipologías de plástico: “el film, el de alta densidad (PEAD), el PET y el plástico mezcla, además de separar también los briks, los envases de metal y los envases de aluminio”, aclara Domínguez. 

Finalmente, el último paso del proceso culmina en las instalaciones recicladoras. “Nos dedicamos a transformar residuos en materias primas secundarias para volver a utilizarlas y, de esta manera, evitar que los residuos acaben en vertederos”, detalla Francisco Ruiz, el director general de la empresa recicladora Plascán, en las Islas Canarias. Para poder finalizar con éxito el proceso, es esencial que los materiales lleguen bien separados: “cada tipo de plástico, por ejemplo, tiene un conjunto de propiedades y para que se pueda reciclar, los residuos tienen que estar bien separados”. En España, hay 26 empresas recicladoras que utilizan diferentes procesos para crear nuevos recursos. Como resultado, se obtienen siete grupos o fracciones: plástico PET, que se puede convertir nuevamente en botellas de bebidas o en textil; plástico PEAD, que se puede convertir en nuevas botellas y tuberías; plástico mezcla, el derivado de los envases de yogures, mantequillas y productos lácteos, que se pueden transformar en mobiliario; plástico film, que se convierte en nuevas bolsas; briks, que puede convertirse en cajas de cartón y papel para libros;acero, proveniente de las latas de conserva; y aluminio, que se puede usar para llantas de bicicletas, ollas y sartenes.