NUTRICIÓN

El consumo medio de azúcares añadidos en niños españoles, más del doble del recomendado por la OMS

Un estudio de la Universidad de Granada indica que es de 55,7 gramos/día, mientras la ingesta recomendada en menores está por debajo de 25 gramos al día

El consumo máximo de azúcares añadidos al día en los niños es de 25 gramos.

El consumo máximo de azúcares añadidos al día en los niños es de 25 gramos.

Nieves Salinas

Investigadores de la Universidad de Granada han lanzado este jueves una pregunta importante: ¿Qué está pasando para que cada vez nos preocupemos más por la nutrición de nuestros menores y que, sin embargo, cada vez haya más niños con obesidad y sobrepeso?. La respuesta ha llegado de la mano de un estudio que han realizado para conocer el consumo de azúcares añadidos en los niños españoles, muy superior al recomendado por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS)Según los resultados, el consumo medio es de 55,7 g/día, mientras los organismos internacionales establecen la ingesta de azúcares añadidos en menores por debajo de 25 gramos al día.  

Es una de las principales conclusiones del trabajo que han presentado esta mañana en rueda de prensa los investigadores de la Universidad de Granada. Titulado 'Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional', la investigación ha sido publicado en la revista Nutrients.

El estudio ha contado con la participación de 1.775 padres con hijos entre 7 y 12 años a través de una encuesta online y ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos 'José Mataix Verdú', de la Universidad de Granada, encabezado por Jesús Francisco Rodríguez Huertas, Catedrático de Fisiología; la participación de María Dolores Mesa-García, Catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada; y de Marta Palma Morales, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos y del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada.

Los investigadores querían conocer cómo comen los niños. Porque, apuntan, las cifras de obesidad infantil siguen aumentado año tras año a nivel mundial, con una prevalencia de sobrepeso y obesidad en población infantil del 23,3% y el 17% respectivamente. Una alimentación rica en azúcares libres está asociada con un mayor riesgo de obesidad, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares, explicaron.

Con ese objetivo, detallaron, construyeron un índice para evaluar el valor nutricional de los alimentos objeto del estudio, reflejando la densidad de nutrientes presente en cada porción de cada alimento (NDIS), y un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), calculado en función de la ración diaria consumida de cada producto. Los resultados mostraron que el 65% de los azúcares añadidos consumidos diariamente por los niños procede de alimentos y/o productos con baja densidad nutricional: azúcar blanco, mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial o bizcochos y repostería casera o bebidas energéticas.

El otro 35% de los azúcares consumidos diariamente por los niños está, por el contrario, en alimentos o productos con mayor densidad nutricional. De densidad media, figuran los postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados; y de densidad alta, batidos envasados con al menos un 90% de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas.

La leche, el alimento más consumido

Según los datos del estudio y del índice NDIS, la leche es el alimento más consumido por los niños. Tiene una densidad nutricional muy alta -aporta proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, magnesio, potasio, zinc, vitamina A...nutrientes esenciales para su etapa de desarrollo y crecimiento- que sólo mejoran las leches infantiles enriquecidas, que son el alimento con mayor aporte de nutrientes esenciales por ración. Cuando se analizan los cereales de desayuno, obtienen una valoración nutricional alta y aportan el 5,9% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,3 g / día).

Lo mismo sucede con los batidos con, al menos, un 90% de leche, que también aportan estos nutrientes en cantidades similares con la diferencia de que contienen azúcares añadidos -aportan el 6% de los azúcares añadidos consumidos cada día (3,4 g/día), detalla el trabajo-, por lo que podrían mantenerse en la dieta, apuntan los autores del estudio, porque cuentan con un índice de densidad nutricional alto, siempre que exista un consumo global de azúcares añadidos por debajo de las recomendaciones establecidas por la OMS.

En el extremo contrario, las galletas y el cacao en polvo, que contienen más de 10,3 g/ración y 7,3g/ración de azúcares añadidos respectivamente, son consumidos con alta frecuencia (entre 4 y 6 veces a la semana) y, en consecuencia, son los dos alimentos que mayor cantidad de azúcares añadidos aportan cada día a la dieta de los niños españoles. Sin embargo, ambos alimentos no contribuyen significativamente al aporte de nutrientes esenciales por su baja densidad.

¿Qué piensan los padres?

El trabajo de la Universidad de Granada, según explicaron sus investigadores, revela otro aspecto destacado: no todos los padres tienen "una visión clara sobre el perfil nutricional de los alimentos que consumen sus hijos". Así, productos que aportan alta cantidad de azúcares añadidos por ración (por encima de 15 g/ración) y que tienen baja densidad nutricional (<1,5 en el índice NDIS), como las bebidas energéticas o para deportistas, las barras de chocolate, los néctares de fruta, el cacao en polvo o los helados, son vistos por los padres como de calidad nutricional normal.

Los autores consideran "particularmente llamativo" el caso de los bizcochos y de la repostería casera, que los padres valoran con un perfil nutricional bueno, equivalente al de las leches enriquecidas infantiles o las bebidas vegetales, cuando aportan 17 g de azúcar añadido por ración y tienen un bajo índice de densidad nutricional. O el de las galletas, consumidas ampliamente por la mayoría de niños, que son percibidas positivamente, a pesar de aportar más de 10 g de azúcar añadido por ración.

No sólo el azúcar

Una de las principales conclusiones de este trabajo es que el valor nutricional de un alimento no debe evaluarse sólo en función del azúcar que tiene, sino que deben considerarse el resto de nutrientes que éste puede aportar a la dieta, es decir, su densidad nutricional. Para Jesús Francisco Rodríguez Huertas, director del estudio, "se debería fomentar una menor presencia en la dieta de productos que están aportando cantidades significativas de azúcares añadidos en favor de otros similares o equivalentes sin azúcares añadidos, por ejemplo el yogur natural en lugar del yogur azucarado o saborizado".

Además, abogó por la reformulación de los productos que aportan azúcares añadidos y que son altamente consumidos; y la mejora del etiquetado nutricional, "que debe ofrecer más información del aporte real de azúcares añadidos y minimizar la confusión con los azúcares naturalmente presentes". Los investigadores e investigadoras de la Universidad de Granada apuntaron que en muchos casos esos azúcares no están declarados en el etiquetado y, cuando pidieron información a las empresas que elaboran algunos de los productos analizados, sólo unas pocas respondieron.