El papa Francisco abandonó hoy el hospital Gemelli de Roma en el que permanecía ingresado por una bronquitis y, a su salida, se bajó del coche para dejar claro ante las cámaras que se encuentra bien: "Todavía estoy vivo", declaró en su habitual tono bromista pero con la voz algo cansada dada su convalecencia.

El pontífice, d 86 años y hospitalizado desde el miércoles, salió a las 10:20 horas locales (9:20 GMT) del Gemelli sentado en el asiento del copiloto de un pequeño coche blanco de la marca Fiat, escoltado por la policía y por sus agentes de su seguridad.

El vehículo redujo su velocidad al pasar por delante de un grupo de fieles y periodistas que esperaban a un lado de la carretera y Francisco, que los saludaba con la mano desde la ventanilla bajada, decidió apearse para dar sus primeras declaraciones públicas.