Entrevista

Josefa Ros Velasco, filósofa: "El aburrimiento puede llevar incluso al suicidio"

Investigadora postdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid y directora del proyecto 'Pre-bored', Ros dedica su vida a conocer de cerca el dolor que produce el aburrimiento: "de reconocer lo que les produce el malestar y diseñar en su mente estrategias para huir de esto"

Josefa Ros Velasco, filósofa e investigadora postdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid.

Josefa Ros Velasco, filósofa e investigadora postdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid. / Mariana Frutos

Quién no se ha visto en alguna ocasión diciendo la mítica frase "me muero de aburrimiento". Pues no esconde mentiras. El aburrimiento se ha convertido en un nicho de estudios para filósofos, psicólogos, sociólogos... en tanto y cuanto puede llegar a convertirse en una patología para ciertas personas. Aburrirse mucho no es sano y los profesionales lo saben. Así pues, Josefa Ros, filósofa, investigadora postdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid, directora del proyecto 'Pre-bored' y especialista en el estudio del aburrimiento, además de Premio Nacional de Investigación para Jóvenes María Moliner y con dos libros publicados, sabe de primera mano que mitos y falacias rodean a una de las sensaciones más humanas y viejas del mundo. Y es que, el aburrimiento se ha estudiado desde tiempos de Séneca.

¿Cómo empieza a centrarse y a estudiar el aburrimiento?

Empecé a estudiarlo hace unos 10 años. No porque yo tenga una relación tóxica con el aburrimiento ni una experiencia problemática, fue por casualidad. Estaba analizando en profundidad la obra del filósofo alemán Hans Blumenberg y me encontré con unas páginas que hablaban del aburrimiento de una forma que jamás me había planteado.

Decía que era una característica propia del ser humano (ahora sabemos los animales también se aburren), que nos ayuda a evolucionar como especie porque evita el estancamiento, nos hace introducir un cambio, nos obligaba a estar siempre en movimiento, y decía que si venía un cambio desmedido estaríamos preparados porque el aburrimiento nos expulsa de la zona de confort.

Aunque realmente lo que me hizo dedicarme en cuerpo y alma al aburrimiento fue descubrir que se hablaba de ello como problema, patología, algo muy parecido a una enfermedad.

"El aburrimiento es un problema cuando el círculo no se puede cerrar, cuando es algo disfuncional, cuando la persona que experimenta el aburrimiento no puede salir de ahí"

¿Cuáles son las primeras cosas que saca en claro en los inicios del estudio?

Que estamos muy confundidos con lo que pensamos que es el aburrimiento. En la narrativa popular hay mitos, como que nos hace ser más creativos, como que solo se aburren los tontos, los que están vacíos, los que tienen tiempo libre… estos mantras son injustos. Hay personas que lo experimentan de tal manera que son incapaces de reconocer lo que les produce el malestar y diseñar en su mente estrategias para huir de esto. No es siempre una cuestión de tener una buena voluntad, es más complicado que todo eso, esos mantras estigmatizan.

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  • Aburrimiento crónico: cuando las personas son incapaces -por trastornos o mal funcionamiento a nivel neurofisiológico- son incapaces de salir de ahí.
  • Aburrimiento cronificado: cuando hablamos del contexto, cuando nos encontramos en situaciones en las que nos aburrimos, sabemos lo que queremos hacer pero el contexto nos limita y nos impide salir de ahí. 

¿Aburrirse es sano? ¿Cuándo puede llevar a una enfermedad?

Si nos aburrimos funcionalmente sí hay algo sano, es algo funcional y gracias a eso, a ese malestar, tomamos decisiones y cambiamos el presente y estamos en movimiento. Imagina que nunca que te hubieras aburrido de lo que hacías cuando eras pequeña, no habrías tenido impulso de ir un paso más allá. Llegó un momento en el que algo te dijo que eso no te satisfacía y te instó a explorar lo inexplorado. De esa manera el aburrimiento cumple con una función. Seguir creciendo como personas. Ese es el lado más positivo.

El problema está cuando el círculo no se puede cerrar, cuando es algo disfuncional, cuando la persona que experimenta el aburrimiento no puede salir de ahí. Si permanece en el tiempo de manera indefinida se da la frustración, malestar, ansiedad, estrés… se llega a los trastornos del estado de ánimo. 

¿Cuál es la peor consecuencia que puede tener el aburrimiento?

El suicidio. Muchos estudios han relacionado ya que llegar a padecer aburrimiento de manera permanente en el tiempo nos lleva al aburrimiento profundo y el aburrimiento existencial. Cuando dura días, semanas, meses, años… nuestra existencia se despoja de todo sentido y la persona acaba por quitarse la vida por un hastío insondable frente a la vida. 

"Hay muchos colegas están estudiando el aburrimiento marital, no es nada nuevo. Muchas veces tratamos de ignorarlo porque no queremos ser responsables y ser agentes activos y mayores de edad en nuestra propia vida"

¿Cree que muchas veces ignoramos el aburrimiento, por ejemplo, en las relaciones?

Hay muchos colegas están estudiando el aburrimiento marital, no es nada nuevo. Los humamos somos capaces de aguantar estoicamente el aburrimiento durante un periodo largo de tiempo, siempre que tengamos un objetivo en el horizonte. Si sabemos que tiene recompensa lo podemos aguantar. En el caso de las parejas, es posible que ese aguante de años pueda ser por tener la meta de envejecer con alguien. También puede ser un miedo al cambio, el cariño, la culpabilidad…

El aburrimiento te manda una señal y, a veces, queremos ignorarla para no hacer frente al cambio. Cuando una persona toma la decisión de poner fin a algo es porque ha perdido de vista el último objetivo. El sufrimiento por aburrimiento es tan grande que despoja y destierra el objetivo que tenías.

Tratamos de ignorarlo porque no queremos ser responsables y ser agentes activos y mayores de edad en nuestra propia vida. Es más sencillo dejarse llevar y no tener que llevar las riendas.

¿El aburrimiento una patología en sí o es un síntoma de otra cosa?

Puede considerarse una patología cuando es crónico, cuando nace del individuo, de su incapacidad para salir de ello.

Cuando es cronificado, aunque es patológico, la enfermedad cae en el contexto. Somos nosotros los que creamos esos contextos. Por ejemplo, las residencias de mayores son un entorno de fuente de aburrición, los mayores se aburren y aun sabiéndolo no pueden cambiarlo, no están enfermos, enfermo es el contexto que hemos creado y que no está adaptado a esas personas.

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Josefa Ros dirige el proyecto 'Pre-bored. Bienestar y prevención del aburrimiento en las residencias'. "Voy por las residencias de la Comunidad de Madrid, también a otras a lo largo de la Península. Charlo con los mayores sobre si se aburrían antes y ahora no, o al revés, si están contentos, satisfechos... si les preguntan qué quieren hacer", comenta la filósofa, que reconoce que recibe testimonios muy duros de algunos de los mayores. "Sabes que la respuesta a sus demandas no puede ser inmediata ya que este proyecto, en principio, dura 3 años. Además, en estos contextos con gente mayor, es muy difícil que vean la meta, no tienen suficiente motivación.

Con este estudio, Rosa trata de dar luz a las necesidades de los ancianos para llegar al objetivo final de que estén más empoderados en cuanto a su vida en las residencias. "Se tienen que crear canales formales, de comunicación oficiales, para que se sientan libres de decir qué quieren hacer. Tiene que darse un cambio de paradigma: que los trabajadores no sean los que proponen, si no facilitadores. Empoderar a los mayores y que tengan derecho a decir lo que quieren hacer. Tú me pides esto y yo intento todo lo posible para que se pueda materializar. Hace falta un giro de 180 grados". 

Pero, ¿no es en el aburrimiento donde nace la creatividad?

El aburrimiento es reactivo, nos hace reaccionar, pero cuando hablamos de aburrimiento creativo, planteamos que esa reacción va a implicar un cambio que trae consigo originalidad, innovación y la mayoría de las veces hacemos uso de entretenimiento accesible.

 Es bueno porque reaccionas, pero muchas de las reacciones son desadaptativas, disfuncionales como consumir alcohol, ser infiel, comer más, dormir cuando no tenemos de dormir, pasar demasiadas horas ante la pantalla… La idea de que al aburrirse se introduce algo original... no. Muchas de las veces ni siquiera es producente, ni bueno. Picasso siempre decía "que las musas te pillen trabajando".

"Las redes sociales son una píldora bendita para determinados momentos que estamos aburridos… para 10 o 15 minutos vacíos sacas el móvil y el aburrimiento se va"

En esta época de redes sociales, ¿ayudan o no con el aburrimiento?

Las redes sociales son una píldora bendita para determinados momentos que estamos aburridos… para 10 o 15 minutos vacíos sacas el móvil y el aburrimiento se va, píldora inmediata. Pero no están diseñadas para ofrecer un entretenimiento significativo a largo plazo, cuando pones expectativas en que van a ser capaces de cubrir las necesidades durante horas nos llevamos un chasco. De pronto dices, "qué estoy haciendo".

Un uso comedido es oportuno, muy beneficioso. Hemos pasado ante la tele décadas y era exactamente lo mismo pero con distinto formato. Al mismo tiempo que ves el vídeo, haces juicios de valor, interactúas dejas comentarios… No me gusta la imagen esta de que las redes sociales nos dejan con dos X en los ojos y la lengua fuera como ‘La naranja mecánica’. Pueden ayudar a desarrollar juicios y opiniones, no hay que demonizar. Aristóteles dijo que encontremos el punto medio, el equilibrio.