La miga es lo que más engorda del pan, ¿verdad o mentira?

A menudo se cree que la miga engorda más que la corteza del pan. ¿Qué hay de cierto en el mito?

El pan como alimento en sí no debería estar rechazado en nuestra dieta. En un país mediterráneo como el nuestro históricamente es el carbohidrato principal y además es el más presente. Se le da muchas veces un aspecto negativo y no lo es tanto, pero sí se debe intentar seleccionar siempre el producto de mejor calidad, el más artesano. No debería salir por tanto de nuestra alimentación y sí su consumo seguir una serie de consideraciones.

"Es un mito que la miga engorda más que la corteza del pan. Mucha gente está muy equivocada porque los ingredientes y entonces las calorías deberían ser las mismas entre ambas; pero la miga tiene más agua y la corteza más desecada. Entonces, al final, las calorías están más presentes en la corteza, a diferencia de lo que piensa la gente, ya que ha perdido el agua", explica en una entrevista el doctor Domingo Carrera Morán, especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.

Después, otra pregunta que nos hacemos con frecuencia es si realmente el pan es un producto que podamos consumir a diario. Aquí hay matices, según advierte este médico nutriólogo, porque este producto cuenta con harinas refinadas, que son carbohidratos complejos, igual que lo son por ejemplo la pasta, el arroz o la patata, y cuyo consumo conviene moderar habitualmente.

Podemos engordar si comemos más de la cuenta

El problema que hay con estos, según indica, es que si se excede su consumo, lo que no quememos a diario se transformará en grasa y ahí es dónde podemos engordar. "En función de esto podemos plantearnos su consumo. Tenemos que valorar cuál va a ser nuestra actividad física e intelectual. Con más actividad podrá quemarse más y se engordará menos, aunque normalmente sí que es cierto que excedemos la cantidad de carbohidratos que consumimos", añade.

De ahí viene la conveniencia de que, en líneas generales, debamos reducir los carbohidratos complejos, como los antes citados, no así los carbohidratos simples, que son las verduras y las frutas, que sí deben primar en nuestra dieta. Por tanto, este doctor incide en que no se trataría de eliminar el consumo del pan sino en moderar su consumo, primero atendiendo a nuestra actividad diaria.

Otro punto que debemos tener en cuenta en este sentido, a juicio del doctor Carrera Morán, es el resto del menú. "Debemos quitar de nuestra cabeza esa asociación de que todo tenemos que comerlo con pan. Debemos reducir y moderar su consumo si por ejemplo ese día comemos paella, que es un carbohidrato", mantiene el experto de CMED.