Hace unos 11.000 años, en un lugar no muy alejado de nuestro planeta (al menos en lo que al universo se refiere), una estrella gigante llegó al fin de su vida. El astro, tras millones de años iluminando la constelación austral de las Velas, explotó en una supernova. El estallido generó una enorme onda expansiva que, a su vez, alteró el gas circundante y formó una vistosa telaraña espacial. La imagen de esta 'estrella fantasma' ha sido capturada por un equipo de científicos del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile y se publica este lunes, en vísperas de la noche de Halloween, como una muestra más de cómo se forman, evolucionan y finalmente mueren las estrellas.

¿Pero cómo se captura exactamente la imagen de una estrella fantasma? Presten atención al proceso porque es tanto (o más) interesante que la fotografía en sí. La estrella que protagoniza esta historia se sitúa a unos 800 años luz de nuestro planeta. Para capturar su brillo se ha utilizado uno de los instrumentos científicos más sofisticados del planeta: la OmegaCAM del VLT Survey Telescope. Este dispositivo, de unos dos metros y medio de largo, es capaz de capturar 256 millones de píxeles, unas 16 veces más que el telescopio espacial Hubble.

Esta potente cámara es capaz de captar diferentes longitudes de onda, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo. Según explica el equipo científico que ha capturado el 'fantasma estelar', esa imagen es en realidad la combinación de cuatro retratos diferentes: uno magenta, otro azul, otro verde y otro rojo. La combinación de todos ellos es lo que permite reconstruir la silueta de este fascinante rincón estelar.

La imagen, en su resolución completa, suma la friolera de 554 millones de píxeles

La fotografía de la estrella fantasma, en su resolución completa, suma la friolera de 554 millones de píxeles. Para que se hagan una idea de qué supone eso, recuerden que la gran mayoría de las imágees que vemos en nuestros dispositivos móviles llegan, en el mejor de los casos, a 1200 píxeles de ancho. "En esta imagen caben nueve lunas", resumen los investigadores que han liderado este trabajo.

Estrella de neutrones

Si más allá de la imagen se preguntan por el destino del astro que protagoniza esta noticia, ahí va un último apunte. "Lo que queda de la estrella es una bola ultradensa en la que los protones y los electrones se unen en neutrones: es decir, una estrella de neutrones", explican los expertos. El fantasma de este cuerpo celeste, que se puede observar en la parte superior izquierda de la imagen, es ahora un púlsar que gira sobre su propio eje a una velocidad de más de 10 veces por segundo.

"La tenue estructura de nubes rosadas y anaranjadas es todo lo que queda de una estrella masiva que terminó su vida en una poderosa explosión hace unos 11.000 años", explican los astrónomos para acompañar la presentación de esta fantasmagórica imagen espacial situada en nuestra misma galaxia, a un 'tiro de piedra' de nuestro planeta madre.