La educación es una de las claves del éxito de cualquier sociedad. Sin un sistema bien diseñado es imposible garantizar el progreso de las personas y que adquieran los conocimientos adecuados. Es posible abordar esta necesidad desde múltiples puntos, la RSC es una de ellos. Pero ¿cómo la aplican y enseñan en los centros educativos? Lo vemos a continuación.

La enseñanza de la RSC en el aula, cuestión de valores

Al implementar la responsabilidad social corporativa en los centros educativos, se trata de inculcar a los alumnos una serie de valores. Estos se irán adquiriendo a lo largo de los diferentes cursos y acompañarán de por vida a los estudiantes. También se busca transmitir diferentes conocimientos y competencias muy relacionados con la búsqueda de soluciones a problemas medioambientales, económicos y sociales.

El objetivo final es el de dotar a los niños y jóvenes de las herramientas necesarias para enfrentarse a los retos que plantea el mundo moderno. Gracias a ellas, desarrollarán las soluciones más acertadas, que podrán implementar en sus lugares de trabajo. No hay que olvidar que los estudiantes del presente serán los políticos, empresarios y profesionales del mañana.

Además, al promover valores éticos, se está contribuyendo a consolidar una sociedad civil fuerte, flexible y consciente de la realidad en la que vive. Así, el respeto, el afán por el cuidado del medio ambiente, la responsabilidad o la solidaridad son algunos relevantes para construir un futuro mejor.

También se busca hacer partícipes a las familias, ya que son uno de los grupos de interés fundamentales para los centros educativos. Tienen un hueco privilegiado en las acciones que tomen los colegios y es fundamental tener en cuenta sus opiniones, en especial, las de los padres. Al fin y al cabo, son ellos quienes mejor conocen las necesidades de sus hijos. Eso sí, se evitará, siempre que sea posible, la confrontación con los valores que ellos quieran transmitir a su descendencia.

Al final, la RSC aplicada en los colegios es capaz de crear una comunidad educativa amplia. Esta incluye a los profesores, alumnos, padres, familias y personas de la localidad en la que se inscribe el centro. Agentes culturales o de la propia política pueden participar en las acciones que se diseñen. De esta forma, se conseguirán unos mejores resultados.

Formas de aplicar la responsabilidad social corporativa en los colegios

La aplicación de la RSC en los colegios pone en marcha a diferentes agentes, quienes se coordinan bajo el principio de reciprocidad. Los profesores, alumnos, familias y miembros de la comunidad del centro son las figuras más destacadas. Serán ellos los encargados de llevar a cabo las acciones de responsabilidad social, por lo que tendrán que mantener un alto compromiso.

Asimismo, el modelo educativo implementado en las aulas es susceptible de adaptarse a las necesidades de la RSC. Para conseguir buenos resultados, es recomendable emplear metodologías que tengan en su centro la consecución del bien común. Este es el caso del aprendizaje-servicio, el basado en resolución de problemas o el colaborativo.

En cuanto al centro, sus responsables serán quienes determinen las áreas de actuación. Plantearán las acciones y harán partícipes a los alumnos en su desarrollo. Así, conseguirán inculcarles los valores que la RSC ampara y se les ofrecerá una oportunidad valiosa de ponerlos en práctica. Además, se perseguirán unos objetivos concretos, los cuales serán conocidos por todas las partes que participen.

El modelo educativo implementado en las aulas es susceptible de adaptarse a las necesidades de la RSC. Es recomendable emplear metodologías que tengan en su centro la consecución del bien común.

Por descontado, las actividades que se lleven a cabo deben generar un impacto positivo y perceptible, ya sea desarrollar una campaña de repoblación de árboles o en un festival deportivo. El éxito que obtenga el colegio dependerá, en buena medida, de la calidad, la participación y la responsabilidad. De lo contrario, los alumnos no sentirán que las acciones tengan sentido, algo que les llevará a mantenerse al margen o a participar a regañadientes.

También hay que prestar atención a las tareas de RSC que efectúen otras organizaciones. Empresas o comunidades de vecinos son dos ejemplos que no pasan desapercibidos. Se trata de buscar conexiones para el desarrollo de acciones sociales o proyectos sin importar la escala. De hecho, los centros educativos son de gran utilidad a la hora de desarrollar planes a una escala muy local, que quedaría vedada sin su participación.

En definitiva, es posible aplicar la responsabilidad social corporativa en los colegios, aunque es necesario adaptarla al entorno. Gracias a la transmisión de unos valores adecuados y su puesta en práctica, se contribuye al construir una sociedad sostenible, consciente de sus problemas y que buscará las mejores soluciones.