Chantal nació en el sur de Nigeria, desde donde tuvo que huir hasta España cuando sus padres murieron. Nada más llegar y pese a que era menor de edad, fue obligada a ejercer la prostitución en un polígono industrial para saldar la deuda que tenía con la red de personas que facilitó su llegada a Europa. Ahora tiene 18 años y ha logrado recuperar su vida y su autonomía, pero muchas chicas como ella siguen atrapadas en las redes de prostitución. En concreto, según el estudio 'Todas las víctimas, todos los derechos', que recoge el testimonio de Chantal y otras víctimas, más de la mitad de las personas captadas (el 55%) por redes de tratantes son menores de 24 años.

El porcentaje ha descendido desde el 72% de las víctimas rescatadas en 2018 a la actualidad, pero aún así demuestra la fragilidad de las personas más jóvenes y vulnerables a este tipo de delitos. El estudio, elaborado por el Proyecto Esperanza, oenegé que desde 1990 atiende a víctimas de trata y la Fundación Mutua Madrileña y que ha sido publicado con motivo del Día Europeo contra la Trata de Personas, señala también que seis de cada diez personas rescatadas han sido captadas y forzadas con fines de explotación sexual. El resto son víctimas de trabajos forzados, servidumbre, mendicidad, matrimonio forzado o tráfico de órganos.

Según Naciones Unidas, en torno a 2,5 millones de personas en el mundo son víctimas de trata, pero la cifra podría ser mucho mayor porque se calcula que por cada víctima hay 20 más sin identificar. De ellas, la mayoría son mujeres y niñas.

País origen y destino

Y España, según el Grupo de Expertos contra la Trata del Consejo de Europa, es un país de destino para estas personas aunque también un país de tránsito y origen. De hecho, el estudio de Proyecto Esperanza, elaborado con cerca de 1.000 casos atendidos por la oenegé desde 2018, señala que el 9,5% de las víctimas fueron captadas y obligadas a mantener relaciones sexuales o el resto de delitos dentro de España.

No obstante, el grueso de las víctimas atendidas el último año, el 50,9%, procedían de América Latina, que es la región de procedencia que más ha aumentado en los últimos cuatro años, dado que en 2018 eran el 28,9%. Le sigue de cerca África, con un 44% de las personas rescatadas, en un contexto en el que Colombia y Venezuela son los países principales de origen de las víctimas, seguidos de Venezuela y Camerún.

No hay un perfil único

En cualquier caso el estudio recalca "no hay un perfil único de víctima de trata", ya que existe una "gran diversidad" de mujeres víctimas y supervivientes en relación a su país de procedencia, edad, estado civil o nivel educativo.