Cerca del 6% de las lesiones medulares se producen por zambullidas imprudentes, según datos de la Fundación Lesionado Medular. Especialmente, entre menores de 30 años y durante los meses de julio y agosto. Son datos que hoy ha dado a conocer el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM). Ambas organizaciones unen esfuerzos para concienciar e intentar reducir ese porcentaje de gravísimos accidentes.

Desde la Fundación del Lesionado Medular recuerdan que los siniestros por zambullida son una causa "todavía importante" de accidentes. "Particularmente, los jóvenes no son conscientes del peligro que supone y del número de casos que, cada época estival, llegan a los hospitales de referencia", según Susana Martín, directora gerente de la entidad. Hace apenas unas semanas, un joven de 15 años fue la primera víctima con lesión medular que ingresaba en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, como consecuencia de una mala zambullida. El accidente se produjo en un pantano y el resultado del mal salto fue una lesión a nivel cervical, es decir una tetraplejia.

Por eso, según publica El Periódico de España, organizaciones como la Federación Nacional ASPAYM (Asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas), que todos los años organizan campañas para alertar sobre esta cuestión, vuelven a avisar del peligro que supone un mal salto. Los fisioterapeutas madrileños y la Fundación Lesionado Medular insisten: un accidente en el agua puede provocar un traumatismo craneoencefálico o una lesión medular.

El impacto contra la masa de agua

Para reducir riesgos aportan una serie de recomendaciones. La primera, por supuesto, evitar las zambullidas imprudentes. La mejor manera es no lanzarse al agua desde una altura elevada, indican. Ni siquiera, de un trampolín, si la persona no tiene el entrenamiento necesario. Además, no hay que tirarse al agua en zonas en las que se desconozca su profundidad o donde haya podido variar, como ocurre muchas veces en playas, ríos y pantanos, de manera que esa persona puede dañarse al chocar contra la masa de agua o contra la arena del fondo.

Dos consejos básicos: no lanzarse en un lugares con aguas turbias, que impidan ver el fondo, ni hacerlo nunca si hay escasa profundidad.

Recuerdan las dos entidades, además, que tampoco hay que hacerlo en un lugares con aguas turbias, que impidan ver el fondo, ni lanzarse nunca si hay escasa profundidad. Los daños del impacto, inciden, "pueden ser muy graves, con lesiones irreversibles en los peores casos, que sólo tienen un tratamiento paliativo". Por eso, abundan, hay que entrar en el agua con cuidado y de forma progresiva, caminando.

Incluso, hay peligro si una persona se adentra corriendo en el agua y se lanza de cabeza contra una ola. Este impacto sobre la cabeza puede provocar una lesión vertebral y dañar la médula. Otro consejo: hay que saltar al agua con los brazos extendidos, para que protejan la cabeza y el cuello. De este modo, señalan los fisioterapeutas, en caso de impacto, los brazos irán por delante de la cabeza, "evitando un mal gesto del cuello que puede generar problemas cervicales". Y, siempre, apuntan, mejor tirarse de pie que de cabeza.

Los profesionales aconsejan no trasladar a la persona afectada en un vehículo particular, porque se podría empeorar la lesión

"Corrientes o mareas cambiantes son otros riesgos a evitar cuando no se tiene un buen conocimiento de la zona, que pueden costar la vida incluso a un bañista experimentado", advierten estos profesionales. Si ocurre un accidente por una mala zambullida, aconsejan sacar a la persona del agua "con sumo cuidado" y ponerla en una superficie rígida. Es muy importante, subrayan, mover el cuerpo en bloque en todo momento para evitar lesiones a nivel de cuello o columna. Fundamental, indican, comprobar que la persona puede respirar y, si no es así, intentar liberar su vía aérea, cerciorándose de que no haya nada en la boca que obstruya la vía aérea, sin mover el cuello o la cabeza.

En España se producen entre 800 y 1.000 lesiones medulares al año: accidentes de tráfico (también deportivos), caídas o, en verano, las zambullidas son algunas de las causas más comunes

El último consejo es no trasladar a la persona afectada en un vehículo particular, porque se podría empeorar la lesión. Hay que esperar a que llegue una ambulancia. Insisten: las zambullidas en playas, piscinas, ríos y pantanos suponen una de las primeras causas de lesiones medulares, junto a las caídas y los accidentes de tráfico. En España se producen entre 800 y 1.000 lesiones medulares al año. Los accidentes de tráfico (también los deportivos), las caídas o, en verano, las zambullidas son algunas de las causas más comunes.