La Xunta de Galicia inició este lunes los trámites para declarar la casa Cornide Bien de Interés Cultural (BIC), según consta en el Diario Oficial de Galicia (DOG). El expediente, que tendrá que estar resuelto en un plazo máximo de dos años, incluye la protección provisional del inmueble desde su inclusión en el Registro de Bienes de Interés Cultural de Galicia, con lo que, a partir de su publicación en el Diario Oficial de Galicia, el edificio ya puede considerarse BIC de forma provisional. El régimen de protección definido para el edificio de la calle Damas propone, además, que este pase a formar parte de un conjunto compuesto por la Colegiata de Santa María del Campo y el cruceiro de su atrio, ambos considerados, también, elementos de interés cultural.

El nuevo estatus del edificio implica una serie de deberes y obligaciones para sus actuales propietarios, la familia Franco. De este modo, los Franco deberán pedir permiso a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural para realizar intervenciones u obras en el edificio, siempre y cuando estas actuaciones no pongan en peligro los valores patrimoniales de la casa. Tienen, desde este momento, la obligación de garantizar su buen estado de conservación, evitar su deterioro e informar de cualquier daño en la estructura, además de permitir el acceso a técnicos de la Administración, inspectores e investigadores.

La familia Franco tendrá que permitir, asimismo, la visita pública gratuita al menos cuatro días al mes durante un mínimo de cuatro horas al día. Con todo, pese a la protección provisional de la que gozará el inmueble desde este momento, los Franco tienen la posibilidad de recurrir la declaración BIC por la vía administrativa y judicial, una maniobra que ya pusieron en marcha con el pazo de Meirás, que, a pesar de haber sido declarado BIC en 2008, no pudo ser abierto al público hasta 2011, debido a los múltiples recursos interpuestos por la familia.

De resolverse el expediente, los Franco continuarán siendo los propietarios del edificio, pero tendrán que notificar a la consellería de Cultura cualquier pretensión de venta o transmisión, su precio, las condiciones y la identidad de la persona que lo adquiera. De darse el caso, la Xunta tendrá derecho a tanteo y a presentar una contraoferta a la familia. El incumplimiento de las obligaciones, de darse, podrá avalar a la Xunta a expropiar el edificio a la familia.

La singularidad de la casa Cornide, su estilo francés y su carácter único son los elementos que, a ojos de Patrimonio, la hacen merecedora de la denominación, pero, con el fin de completar el alcance de la protección y definir otros espacios u ornamentos susceptibles de ser incluidos en la declaración, el personal técnico designado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural tendrá que acceder al interior de la casa para completar su documentación y determinar la relación de los objetos con el monumento y sus valores culturales. Hasta el momento, los informes presentados por el Concello de A Coruña, el Consello da Cultura Galega y la Real Academia Galega incluían un estudio del valor cultural del exterior del edificio, al no haber conseguido autorización por parte de la familia del dictador para acceder al interior del inmueble, con lo que no se dispone, hasta el momento, de información actualizada de muebles o elementos decorativos, como tampoco de las intervenciones o reformas que se pudiesen haber realizado en sus estancias o vestíbulos. La Xunta supone, con todo, que pueden permanecer una serie de elementos relevantes en la conformación del interior del edificio y en las partes que lo integran, como pueden ser el vestíbulo de la entrada y la escalera monumental asimétrica de piedra que se bifurca en la primera planta, componentes conservados de la obra original.

La incoación del procedimiento se produce tras la solicitud que el Concello de A Coruña presentó el pasado noviembre. La alcaldesa, Inés Rey, se mostró “satisfecha” con la resolución, que definió como “un primer paso importantísimo para la recuperación de la casa Cornide para todos los coruñeses”, unas actuaciones en las que, aseguró la alcaldesa, el Concello ya trabaja.