La macroencuesta de violencia contra la mujer, difundida el pasado septiembre, concluye que el 40% de las mujeres mayores de 16 años residentes en España han sufrido acoso sexual en algún momento de su vida. De ellas una de cada cinco han padecido la agresión física o verbal en el ámbito laboral. Pese a ello, el 70% no lo pone en conocimiento de su empresa, la mayoría (el 61%) por temor a represalias, pese a que las compañías están obligadas a activar un protocolo de actuación que proteja a las víctimas en caso de acoso, mientras se investiga el caso.

Además, todas las empresas, independientemente de su tamaño, deben contar con un protocolo contra esta lacra que contenga medidas de sensibilización, detección y prevención, así como de investigación y sanción. Pero lo habitual en las compañías es "el desconocimiento e inaplicación de la normativa" o que "miren para otro lado", lo que no ayuda a que las víctimas comuniquen los acosos sufridos a sus jefes, ni siquiera a la representación sindical, según el estudio 'Acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España', presentado este jueves por la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell y la secretaria confederal de mujeres e igualdad de Comisiones Obreras, Elena Blasco.

Los motivos

El informe ha sido impulsado en cumplimiento del pacto de Estado contra la violencia de género y, a través de las respuestas de 1.119 mujeres trabajadoras que han sido víctimas de acoso sexual o por razón de sexo, permite conocer los motivos de la infradenuncia: muchas consideran que no va a prosperar, otras creen que les perjudicará en el ámbito laboral, mientras que también hay sentimientos de vergüenza o "miedo a que los compañeros te señalen".

"El problema es que es muy difícil de demostrar y en muchos casos son insinuaciones, frases fuera de contexto o situaciones incómodas en las que sientes que hay un interés sexual aunque explícitamente no se haga una propuesta directa", señala una de las víctimas. Además, solo el 17% han manifestado que en su empresa existen protocolos de actuación frente al acoso y la existencia de estos mecanismos "no representa una garantía para las mujeres en múltiples ocasiones", según el informe.

El estudio demuestra además "que no existe un perfil predeterminado de víctima y cualquiera es susceptible de sufrirlo, aunque sí existen situaciones de riesgo como la precariedad laboral o entornos laborales de más aislamiento", según ha explicado Blasco.