Están delante de nosotros pero no las hemos querido, podido o sabido ver. Bettina Kadner (Madrid, 1947) es la primera mujer que se puso a los mandos de un avión comercial en toda Europa y su historia es tan extraordinaria como desconocida. Como sucede con muchas otras mujeres pioneras, ella se resta importancia y relata su carrera profesional, desarrollada en un entorno solo de hombres y en plena dictadura franquista, con esa naturalidad de quien no termina de ser consciente de lo que ha logrado.

Desde este domingo un avión de Air Nostrum lleva su nombre, en un intento más de dar a conocer a esta y otras mujeres que, sin saberlo, han ido abriendo caminos y mentes. Así, tal vez, se logre que las que ahora eligen su futuro laboral puedan hacerlo libres de prejuicios y estereotipos, el gran tesoro con el que contó Kadner gracias a su madre.

Y es que, más de medio siglo después de que ella se convirtiera en la primera piloto de España y del continente, las mujeres apenas ocupan el 5 % de estos puestos en las aerolíneas mundiales. Un porcentaje que en España cae hasta un pírrico 4 % y que permite que Air Nostrum, con un 6,2 % de mujeres piloto —23 de 372—, esté por encima del promedio.

Lourdes Carmona es una de ellas y la historia de cómo supo que quería ser piloto ilustra la importancia de que las más pequeñas crezcan con referencias femeninas a las que mirar. Estos dos puntos, la educación en la igualdad y la visibilización de quienes lo logran, son la receta que ambas fijan como puntos de partida para avanzar en la igualdad.

Kadner tuvo muy poco o nada de los primero, pero todo de lo segundo. Su madre, una artista alemana que se mudó a Madrid antes de tenerla a ella, le trasladó la confianza y la libertad necesarias para que la pequeña Bettina pudiera elegir sin autolimitarse.

Por eso, cuando se le pregunta sobre sus referentes, pasa de puntillas por el hecho de que su abuelo fuera piloto durante la II Guerra Mundial. Su brújula fue su madre Ute, que como pintora trabajó un tiempo en la señalización del aeródromo de Getafe. Y allí, mientras le acompañaba a pintar aquellas pistas, fue donde Bettina descubrió que quería ser piloto.

"No tuve referentes pero tuve a mi madre, que trabajaba de lo que fuera y donde fuera y nunca me puso freno. Cuando le dije que quería ser piloto su única respuesta fue: ‘pues habrá que averiguar qué hay que hacer’". Y lo hicieron. Así, en 1969, Bettina Kadner se convertía en la primera mujer piloto de Europa después de que una modificación de la ley permitiera examinarse a las mujeres, que hasta entonces no podían, y obtuvo el título en la Escuela Nacional de Aeronáutica de Salamanca.

Los problemas de invisibilización que ha sufrido y sufre la mujer quedan en evidencia con la anécdota que cuenta Carmona sobre cómo se dio cuenta de que quería ser piloto. Había pasado casi un cuarto de siglo desde el hito de Kadner y ella tenía 13 años. Viajaba a Estados Unidos con su familia cuando en el JFK de Nueva York se encontró con una mujer piloto. Rememora que quedó impresionada. "Había visto a pilotos hombres, pero lo que me sorprendió fue el hecho de que fuera una mujer y me dije, 'yo quiero hacer eso'". Y también lo hizo, aunque después de 50 años con mujeres a los mandos, ellas siguen siendo una alarmante minoría.

Para poder revertirlo, Kadner lo tiene muy claro: "Hay que dejar que se vea a la mujer", afirma. "Yo hoy traigo a mis nietas, para mí eso es lo más importante del acto de hoy. Tienen que verlo. Una vez tienes tu idea, solo necesitas que te permitan desarrollarte y que te dejen en paz. Hay que normalizar cualquier situación y esforzarse para que los entornos familiares y sociales permitan que las mujeres se abran al mundo y puedan elegir libremente".

Demostrar más por ser mujer

Por eso, ambas recomiendan a las trabajadoras del mañana que hoy barruntan qué camino elegir que miren hacia dentro más que hacia fuera. "Todos tenemos un propósito que suele ir enlazado con los dones que cada uno posee y que no van predefinidos por el sexo", dice Carmona. Aunque denuncia que a ellas se les exige más, especialmente en campos masculinizados como las carreras Stem (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

"Si eres hombre se da por sentado que estás capacitado, no se cuestiona. Pero si eres mujer debes demostrar que vales". Algo con lo que coincide Kadner: "Lo único que necesitan las mujeres es que les guste lo que hacen. Aviso a los hombres: que se acostumbren a que nosotras hacemos lo mismo que tú y tiene el mismo valor", concluye.

Un avión de Air Nostrum llevará el nombre de Bettina Kadner  

La aerolínea valenciana Air Nostrum bautizó ayer a uno de sus aviones, un CRJ 1000, con el nombre de la pionera Bettina Kadner, que asistió al acto junto a su familia. La homenajeada agradeció el reconocimiento ya que "ofrece un ejemplo" a sus nietas. Paz Ferrer, directiva de Air Nostrum, aseguró que el bautizo busca dar "un paso más" en la visibilización de la mujer. En su plantilla hay un 42 % de mujeres, un 6,2 % en los puestos de piloto, por encima de la media internacional.