A Biel sus seres queridos le llaman ahora Bielosaurio, por lo mucho que le gustan los dinosaurios y por la fuerza que ha demostrado en el último año, más que la que podían ejercer los grandes dominadores del Cretácito como el T-Rex, el triceratops o el diplodocus. Tiene 8 años y mientras el mundo luchaba contra una pandemia, él y su familia lo hacían también contra una leucemia.

"Es duro, muy duro, pero ahora estamos bien, confinados, pero bien", cuenta su padre, Julio J. Rodríguez. El aviso llegó con un dolor de espalda que no dejaba ni dormir a Biel. "Una mañana me lo encontré sentado en el sofá porque no se podía ni tumbar", cuenta Julio.

Era abril y España vivía encerrada en casa. Acudieron en tres ocasiones a Urgencias y las tres les mandaron para casa. Fue la pediatra la que se alarmó por las tres visitas por un dolor de espalda en un niño y pidió unas pruebas. Le diagnosticaron leucemia.

Cuarentena en una habitación

Ingresaron en el Hospital La Fe de Valencia con el protocolo de la covid activado: se tendría que quedar solo uno de los progenitores con Biel en una habitación como forma de aislamiento para evitar cualquier posible contagio. Pruebas PCR, cuarentena en una habitación antes de ir a la planta oncológica y a esperar. Primero se quedó la madre de Biel, pero Julio admite que se le hacía muy duro estar en casa y pensar que su hijo estaba en el hospital así que intercambiaron los papeles.

"No podíamos intercambiarnos después de unas horas, ni reunirnos con los otros padres que estaban también con sus hijos ingresados, estás solo con tu hijo y es más duro porque no tienes nadie con quien hablar, llorar, apoyarte en alguien y compartir lo que estás viviendo y eso en un momento tan complicado habría ayudado mucho", cuenta Julio quien, no obstante, no deja de agradecer el calor que recibieron del personal sanitario del hospital y de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer que animaban y ayudaban, telemáticamente, a pasar los días.

Esos días, recuerda, fueron 24 horas en una habitación padre e hijo solos. "He tenido muchísimos momentos, he conocido mucho a mi hijo, de normal no es posible pasar tanto tiempo por el trabajo, pero fue un momento muy bonito donde le tuve que explicar qué le pasaba, por qué estábamos ahí y que estaba siendo muy valiente", rememora Julio quien añade que desde su empresa le pusieron todas las facilidades y le compensaron el sueldo que perdía por estar de baja.

En diciembre fue la última vez que tuvieron un ingreso en el hospital. Los resultados dan negativo en restos de la leucemia y las visitas de control son cada vez más espaciadas. Su problema ha sido externo. De nuevo la covid ha visto un incremento de casos exponencial."Se ha pasado lo más duro del cáncer, pero ahora tenemos miedo a contagiarnos del virus", señala Julio.

Viven prácticamente confinados y sin contactos. "De vez en cuando salimos a caminar y a dar un paseo y si vemos que hay gente nos vamos, se hace complicado, sobre todo por Biel y su hermana que quieren ver y jugar con sus amigos, pero más vale prevenir que curar", sentencia Julio. De momento Bielosaurio está ganando la batalla no solo a la leucemia sino también a la pandemia.

"Es fundamental que nos hagamos donantes de médula"

La historia vivida con su hijo Biel ha marcado a Julio. Dice que no tiene palabras para agradecer todo el apoyo recibido, tanto desde el hospital como desde la Asociación Española Contra el Cáncer como desde su propia empresa que le compensó la pérdida de sueldo al estar de baja. Este proceso le hace, además, reivindicar la importancia de ser donante. "Es fundamental que nos hagamos donante de médula y de sangre", remarca. "No sabes la cantidad de transfusiones que necesitó Biel para poder afrontar el proceso, y es una cosa muy sencilla, las condiciones las puede cumplir casi cualquiera y se ayuda a mucha gente que necesita esa ayuda", explica el padre de Biel.