El impacto demográfico de la COVID-19 en España no solo ha comportado un aumento del 20% de las defunciones, sino también una caída del 4,2% de los nacimientos, el freno de la migración y la pérdida de un año de esperanza de vida, según el director del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la UAB, Albert Esteve.

En declaraciones a Efe, el demógrafo ha augurado un período de crecimiento poblacional negativo y ha apuntado que la natalidad, la mortalidad y los movimientos migratorios son los índices demográficos más afectados por la COVID-19.

Según Esteve, la epidemia ha provocado "una anticipación de muertes" de la próxima década entre las personas de edad avanzada, lo que, a pesar de dar lugar a una sociedad con menos ancianos, no cambiará la dinámica de envejecimiento del país.

En esta línea, ha agregado: "España, en los próximos años, vivirá un aumento de gente mayor a medida que las generaciones del 'baby boom', que ahora tienen entre 45 y 65 años, vayan llegando a la cúspide de la vida, eso no lo frenará la covid-19".

Por el contrario, esta situación sí ha afectado a la tendencia creciente de la esperanza de vida, que ha caído un año en los últimos 13 meses, interrumpiendo el aumento de 2019, que el Instituto Nacional de Estadística (INE) situaba en 86,2 años en el caso de las mujeres y en 80,9 en los hombres.

"Hemos perdido un año de esperanza de vida, esto es bastante porque normalmente ganamos entre 2 y 3 meses anuales gracias a los avances médicos. Retroceder o perder en un solo año 12 o 13 meses es un descalabro", ha destacado Esteve.

Ha explicado que, a lo largo de la historia, solo la huella demográfica de los conflictos bélicos es más notoria que la acontecida en la pandemia.

"El exceso de mortalidad de 2020 es el resultado de comparar un año pésimo con uno muy bueno, esto da un aumento del 20% de defunciones", ha señalado el experto, aunque ha admitido que "no pondría la mano en el fuego en que estén todos los casos bien registrados", dado que falta que se publique el detalle de las defunciones.

En el primer semestre de 2020, entre enero y junio, murieron en España un total de 262.373 personas, mientras que en el mismo período del año anterior fallecieron 219.350, lo que da, según el INE, un aumento del 19,6 % y supone, según Esteve, el índice más prominente de mortalidad desde la Guerra Civil.

Los datos son aún más contundentes en cuanto a la mortalidad en la comunidad de Madrid, donde en los primeros seis meses de 2020 el número de fallecidos aumentó un 64,3% con respecto al primer semestre de 2019, en Castilla-La Mancha creció un 46,2% y en Cataluña un 31,8%.

Los mismos datos del INE indican que los nacimientos en España en el primer semestre de 2020 pasaron de 178.429 del mismo período del año anterior a 168.047, es decir, se produjo una caída de la natalidad del 4,2 %.

"En 2021 podría haber aún menos nacimientos de lo previsto y ser una generación mucho más pequeña de lo que esperamos; cada vez nacen menos niños, y algo que está claro que ocurrirá en los próximos años es que aumentará el peso de la gente mayor", ha augurado Esteve.

Aunque todavía no hay datos exactos de la disminución del número de nacimientos, la caída del 60,8 % de los matrimonios en el primer semestre de 2020 con respecto al mismo período de 2019 permite predecir la situación.

Esta cifra del INE, según el demógrafo, es un indicador de la caída de la natalidad al suponer un cambio de planes en las personas comprometidas.

"Tenemos un mal presagio, este parón que nos ha impuesto la COVID-19 se está dando en sociedades que ya de por sí tienen hijos muy tarde y tienen dificultades en concebir a edades tardías, no auguro nada bueno para los nacimientos", ha advertido Esteve.

Los movimientos migratorios, que son un factor de rejuvenecimiento de las poblaciones, también han caído un 28,9% en comparación a 2019.

Para Esteve, la caída de la migración junto al coste por controlar la pandemia contribuye a tensionar los servicios públicos: "Hay un endeudamiento que tensionará las arcas de la administración pública en los años venideros".

Un futuro que, para el demógrafo, mejorará "en la medida que España y el resto de países europeos reprendan la actividad económica".

"Son países que continuarán recibiendo inmigrantes, se recuperará relativamente pronto si se recupera la economía y si vuelven a abrir la movilidad", ha vaticinado.