La cirugía estética es una cirugía electiva, es decir, que se realiza por deseo propio, no siendo imprescindible en la mayoría de las ocasiones. La excepción a esta norma son las personas que se ven afectadas por un complejo físico que les afecta en su vida diaria y en su desarrollo personal, o aquellas otras a las que un problema estético les produce un perjuicio físico. Como ejemplo del primer caso podríamos poner un niño o adolescente que sufre acoso escolar por tener las orejas muy grandes o despegadas. En el segundo supuesto podemos englobar a aquellas mujeres con una talla XXL de pecho que debido al peso de sus mamas tienen serios problemas de espalda, entre otros.

Aclarado el concepto de cirugía electiva, no son pocos los que se preguntan por qué, en mitad de una pandemia de coronavirus, la cirugía estética no sólo resiste, sino que, como se suele decir, gana.

Con la salvedad del cierre de quirófanos para este tipo de cirugías cuando la saturación hospitalaria lo requiere, el sector ha vivido unos meses en los que la actividad se ha mantenido, y en los que, incluso, se han incrementado las primeras consultas. Es decir, que el ritmo de liposucciones, liftings y aumento de mamas se ha mantenido constante y, además, otras personas se han interesado por primera vez por cambiarse algún aspecto de su físico en el quirófano.

Para el cirujano Moisés Martín Anaya son varios los motivos que han venido y vienen actuando como "salvavidas" de esta actividad.

La primera, explica el experto, es, sin duda, el teletrabajo. La actividad profesional desde casa ha facilitado a muchas personas cumplir su deseo de operarse. No son pocos quienes desean preservar este tipo de intervenciones en la intimidad y las cicatrices resultantes, vendajes y otras recomendaciones postoperatorias lo hacen prácticamente imposible si el retorno a la actividad es prácticamente inmediato.

Una intervención sencilla, como es la cirugía de párpados, añade Martín Anaya, puede dejar unos pequeños hematomas que tardarán días en desaparecer. Más exagerado y llamativo es el vendaje con el que el paciente debe recuperarse de la rinoplastia. Por no hablar de las indicaciones sobre mantener esta o aquella postura.

La privacidad juega, pues, un papel esencial en el tema que nos ocupa. Pero, además, para recuperarse totalmente y con tranquilidad, nada mejor que trabajar desde casa, donde puedes acomodarte a las circunstancias y estar tranquilo y relajado.

El segundo aspecto que valora positivamente el director de clínica del doctor Moisés Martín Anaya es el desvío del ahorro destinado al ocio a otros aspectos como la salud. Algunas personas que no han gastado el dinero reservado para un viaje y tienen el colchón financiero suficiente han decidido invertirlo en la mejora de su aspecto físico.

También, por supuesto, la conectividad, las primeras consultas online, con las que este profesional dice no sentirse muy a gusto porque son más frías y distantes, han ayudado a muchos a asomarse a la pantalla del ordenador y a enseñarle esto o aquello al cirujano, para obtener una primera impresión.

Y, por último, no deja de destacar el experto, las garantías de seguridad en los protocolos anticovid que ofrecen los centros profesionales donde se llevan a cabo estas cirugías.