La historia del valenciano Roberto Terradez ha despertado la solidaridad de muchos que, sin dudarlo, se han puesto en contacto con este diario para ofrecerle ayuda. Parado de larga duración, como publicó Levante-EMV, se vio obligado a vender sus muebles, sus electrodomésticos, el equipo informático y hasta su colección de vinilos de cine para hacer frente a las facturas una vez consumidos 24.500 euros de ahorros en casi una década. Y es que desde hace seis años, Roberto no ha ingresado ni un euro.

Este miércoles acudirá a los servicios sociales de su barrio, una puerta a la que no ha llamado pensando que tener un piso en propiedad le alejaba de cualquier ayuda pública. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la única prestación que ha solicitado por su cuenta "y por fin está en trámite, que lo mío me ha costado", es el Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Mientras a este periódico llaman personas anónimas dispuestas a ofrecerle alimentos, ropa, muebles o dinero, Roberto consulta varias plataformas de búsqueda de empleo. "Si es que yo lo que necesito es trabajar. No soy persona de pedir aunque agradezco cualquier ayuda de todo corazón. Principalmente para pagar la deuda de la luz, que aún debo el recibo de 252 euros. Sé que un empleo me garantizaría la estabilidad que necesito, pero llevo tanto tiempo buscando que ya he perdido toda esperanza. La edad no me ayuda, 58 años, pero me han rechazado más por mi aspecto físico. Soy grande, mido 1,85 y peso 110 kilos, y me han dicho muchas veces que no doy el perfil físico para trabajar, aunque fuera dentro de una oficina sin atención al público", explica.

Administrativo y profesor

Roberto, sin embargo, sí tiene experiencia laboral como administrativo y como profesor de español para migrantes. Y aunque carezca de ella en otros sectores, "aprendo rápido, soy muy dispuesto y un currante", asevera.

Personas de todas las edades y perfiles han contactado con Levante-EMV para ofrecerle ayuda. Y no solo de València. La solidaridad ha traspasado las fronteras y personas de Mallorca o Asturias han preguntado cómo y de qué manera pueden ayudar a un hombre «que podría ser cualquiera de nosotros.

Tras toda una vida cotizando y trabajando, se encuentra en esta situación por falta de empleo, como tantos otros." Cualquiera podría ser Roberto y a cualquiera nos podría pasar lo mismo", señalan.

Entre las llamadas recibidas destacan tres. Una es la del despacho de abogados Aliter, desde donde están dispuestos a asesorarle tanto en las ayudas a las que tiene derecho como en la deuda que tiene pendiente con la comunidad de vecinos, ya que debe unos 5.000 euros por unas obras en los ascensores y en el portal del inmueble.

"Nosotros somos un despacho de abogados que se preocupa y se ocupa de lo social. Si una persona llega al punto al que ha llegado Roberto es evidente que ha fallado todo porque tiene derecho a una serie de ayudas y no las está cobrando. Podemos asesorarle también sobre cómo pactar con la finca los pagos porque hay muchas maneras de hacerlo. Aquí no existe la expresión ‘no se puede’ aunque nos quite muchas horas de sueño", explica la letrada María José Alamar.

La profesora de un colegio de Torrent prefiere guardar el anonimato hasta que el "plan" que tiene en mente dé sus frutos. "No es la primera vez que gracias a mis alumnos conseguimos ayudar a personas que lo necesitan. Eso es lo que quiero hacer. Los chavales a los que doy clase tienen entre 16 y 17 años y creo que podemos ayudar a Roberto de diferentes maneras. Los jóvenes pueden cambiar el mundo y es importante que sean solidarios desde bien pequeños", explica.

Desde Castelló, llama Manuel Grau que tiene dos canales en Facebook (Manu Grau y Nongolia) desde donde pretende movilizar "una ayuda para Roberto ya que se puede colaborar de varias maneras y al final lo importante es la difusión porque cuanta más gente se sume a la causa, mejor", explica.