Lo que Irene y Diego nunca se imaginarían es que se darían el "sí quiero" con una celebración tan íntima y llena de protocolos sanitarios a causa de la pandemia de Covid-19 que forzarían a más de la mitad de los invitados a contemplar el enlace desde una pantalla.

Los matrimonios civiles que se están produciendo en la provincia de Alicante cuentan con grandes limitaciones de aforo, que se recrudecen si el municipio cuenta con restricciones especiales para frenar la transmisión comunitaria del virus como puede ser Elche. Enlaces como el de esta pareja ilicitana, ayer, han sido de los primeros en oficiarse en la ciudad desde que Sanidad aplicase estas nuevas limitaciones que afectan a aforos y horas de cierre de establecimientos a las 23 horas. Por ello, sólo pueden estar en la sala 19 personas, incluidos el representante público que anima a leer los votos, cónyuges, testigos y 14 invitados. El resto sólo tienen la opción de contemplar el enlace por streaming, por lo que la estampa que suele apreciarse en estos momentos es la de amigos de los novios tomándose un refrigerio en la terraza de un bar mientras observan la celebración en el móvil. En este caso el Ayuntamiento corre con el soporte para retransmitir el momento. Los convidados tampoco pueden elogiar a los novios a la salida del Consistorio ni con arroz, ni cañones de confeti ni tracas para evitar atraer espectadores.

Irene y Diego decidieron casarse en enero. Fueron al juzgado y les dieron cita para octubre. La crisis sanitaria se apoderó de prácticamente todo y tras repensarlo decidieron seguir adelante con la fecha, lo que supuso que muchos invitados "se fuesen cayendo por miedo a contagiarse o por ser pacientes de riesgo", indican ambos. Por otro lado, y sumado a los preparativos habituales para hacer especial este día, la pareja, ahora marido y mujer, también tuvieron que barajar qué 14 convidados podían tener el "privilegio" de contemplar presencialmente el enlace, ya que de 60 en total sólo pudieron entrar al recinto municipal un cuarto del total, que además tuvieron que pasar el control de temperatura a la entrada, y sus nombres estaban en una lista para llevar el control de quiénes acceden. "Siempre hemos dejado claro que elegiríamos nosotros de la manera más justa, escogiendo a la familia más allegada y con el mismo numero de familiares de él y míos como tíos directos, nuestros padres y mi hermana", explica Irene.

De igual forma el cierre de la hostelería a las 23 horas en Elche también fuerza a los contrayentes a adelantar la boda al horario de mañana para que puedan celebrar el banquete sin problemas debido a los protocolos sanitarios, aunque también los hay que directamente han optado por disfrutar de la parte más lúdica en otros municipios en los que tenían más margen para disfrutar del ocio nocturno.