Fumar en la calle o en las terrazas siempre que no haya distancia social está prohibido desde ayer en Galicia. Una medida que Canarias adopta hoy y que Castilla y León podría también imponer en breve. Esa intención se desprende de las palabras pronunciadas ayer por el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, quien apuntó que ahora mismo “en esta comunidad” también está prohibido disfrutar del cigarrillo en el exterior de los bares ya que uno solo puede “quitarse la mascarilla para comer y beber, y para ninguna otra cosa más” en este caso.

En relación a la restricción del pernicioso hábito de fumar, al que varios expertos apuntan como uno de los métodos de transmisión de coronavirus más probables en el ámbito social, Igea aseguró ayer que la situación que vive hoy en día Castilla y León frente a la pandemia obliga a que las medidas de seguridad sanitaria se cumplan sin medias tintas. De hecho, el vicepresidente insistió que, desde hoy mismo, se va a dar instrucciones a las fuerzas de seguridad para que sean “lo más estrictas posibles” en el cumplimiento de las normas.

El anuncio, no obstante, no es prohibición alguna. Los fumadores podrán seguir echando una calada en la calle o en una terraza pero, para hacerlo, deberán estar “en el contexto adecuado”, según matizó el propio Igea. Es decir, deberá encontrarse al menos a dos metros de distancia de cualquier otra persona; una situación que, por lógica, difícilmente se puede llevar a cabo en el exterior de los bares y que limitará el cigarrillo a espacios abiertos, con el fumador aislado de otros individuos y, previsiblemente, detenido en un espacio específico.

En la misma comparecencia ante los medios, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha remarcado que más que una cuestión sobre el tabaquismo, que ha aconsejado abandonar, se trata de un asunto de distancia social y del factor de transmisión que puede asociarse a esta práctica. Motivo por el que, también, se achaca al ocio nocturno el creciente e imparable crecimiento de casos en la región.

La realidad es innegable. El número de positivos por COVID-19 no ha hecho más que aumentar en la “nueva normalidad”, como lo ha hecho también la cifra de brotes en Castilla y León. Datos preocupantes ante los cuales, Igea y Casado, mandaron ayer un mensaje de “absoluta tranquilidad” frente a la evolución de la pandemia.

“Estas medidas, son necesarias par a frenar su crecimiento y evitar un confinamiento general como el vivido entre marzo y junio”, recordaron, sin echar la vista atrás y caer en la cuenta que, por ahora, el cumplimiento de las mismas no ha evitado el confinamiento de determinados lugares en los que la incidencia del virus se ha disparado. Quizá por ello, Igea avisó que, ahora sí, se será estricto en la aplicación de las normas.

Cada medida que frene un poco al coronavirus será bien recibida y, sin duda, el ámbito social cuenta con mayores riesgos. No obstante, los datos ponen en tela de juicio la efectividad de las mismas o la vigilancia de su cumplimiento.

LOS CONTAGIOS EN LA REGIóN SUBEN UNA VEZ MáS, AHORA HASTA LOS 224 POSITIVOS

Castilla y León sigue sin poder disfrutar de la “nueva normalidad” con tranquilidad. Todo lo contrario. Ayer, la región vio como el número de contagios por COVID-19 volvía a dispararse. No se llegó a los 600 de lunes pero, en todo caso, la cifra ofrecida por la Junta fue superior a la del pasado martes.

La comunidad sumó 224 nuevos casos de COVID-19 confirmados por la prueba PCR, 47 más que la cifra conocida el miércoles, de los que 13 se diagnosticaron en las últimas 24 horas. Además, en el día de ayer, sí que hubo que lamentar un fallecido por esta infección en hospitales, concretamente en Valladolid, con lo que la cifra se eleva a 2.076 muertes, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad.

Respecto a las comunicaciones positivas acumuladas, la cifra se eleva hasta los 22.796, si bien el total de contagios alcanza los 29.231. Igualmente, los fallecidos por provincias hasta el momento en los hospitales de la comunidad han sido de 143 en Ávila, 217 en Burgos; 424 en León; 88 en Palencia; 378 en Salamanca; 214 en Segovia; 123 en Soria; 397 en Valladolid (que suma el de hoy); y 92 en Zamora.

Una vez más, la única cifra que creció de manera positiva fue la de altas médicas, que subió ayer en 16 unidades mása, hasta las 8.793, con 674 en Ávila, 1.004 en Burgos, 1.752 en León, 389 en Palencia, 1.318 en Salamanca, 938 en Segovia, 444 en Soria, 1.905 en Valladolid y 371 en Zamora.

Por lo que se refiere a los casos en las residencias de mayores, el número de fallecidos por COVID-19 se mantuvo estable durante el último día, con los 1.501 que se registraban hasta ayer.