La temporada de playas está en pleno apogeo y los bañistas abarrotan los arenales para disfrutar de agradables jornadas al lado del mar. Con la llegada del verano son muchos los municipios costeros que cuentan con reglamentos específicos para controlar el uso y disfrute de sus playas. Lo que pretenden estas normativas es garantizar la convivencia entre los bañistas y asegurar el buen estado de los arenales. A pesar de las buenas intenciones de los mandatarios políticos en este sentido, algunas de estas directrices causan polémica entre los ciudadanos. En concreto, el anuncio hace unos años de un municipio murciano de que multaría a aquellos que orinasen en el mar originó todo tipo de críticas.

Orinar en el mar

Se trata de la localidad de San Pedro del Pinatar, donde el verano de 2017 anunciaron que multarían con hasta 750 euros a todo aquel que pillasen orinando en el agua de sus playas. Dicha ordenanza causó gran indignación entre los bañistas de dichos arenales.

Reservar sitio con la sombrilla

Otra práctica perseguida en numerosos arenales es la de reservar sitio a primera hora de la mañana colocando una sombrilla. Un gesto que puede acarrear sanciones que ascienden hasta los 3.000 euros. Esta lucha tiene tras de sí a las concesiones de sombrillas, quienes luchan temporada tras temporada por hacerse con los mejores sitios en los arenales españoles.

Juegos de pelota

Los típicos juegos de pelota en la arena, ya sea con paletas, pelotas hinchables o el voleibol también son perseguidos en la mayoría de playas. Este tipo de deportes pueden molestar a los bañistas, que disfrutan plácidamente del baño o descansan relajadamente en sus toallas en la arena.

Entrada de animales

De la misma manera, son muchas las playas en las que está prohibida la entrada de animales. El hecho de ir a la playa con un perro, por ejemplo, puede ser multado con sanciones que superan los 700 euros.

Práctica del nudismo

Por último, la práctica del nudismo también es perseguida en numerosos arenales. El desnudarse en la playa y disfrutar de la compañía del mar sin ropa es otra actividad perseguida en muchos municipios, a pesar de la polémica que genera entre los amantes de esta práctica.