Los grandes incendios forestales (GIF), que superan las 500 hectáreas de superficie, han aumentado en España un 20 por ciento en los últimos diez años y, además, estos son un 15 por ciento más grandes, lo que convierte a España en el segundo país del Mediterráneo donde arde más extensión cada año, con una media de 100.000 hectáreas en unos 12.000 siniestros, según WWF.

La ONG ha presentado este jueves su informe anual de incendios que, este año, como novedad, no recoge solo los datos nacionales sino que se ha elaborado de forma conjunta con las oficinas de WWF de Portugal, Francia, Italia, Grecia y Turquía.

Además, como patrón común en la región mediterránea la ONG denuncia que el territorio arde en oleadas "cada vez más peligrosas" y aunque la tendencia general indica una disminución en el número de incendios y en la superficie quemada desde los años 80 del siglo pasado, existe una nueva "peligrosa tendencia" que confirma un aumento de los grandes incendios forestales.

Los GIF han aumentado en España un 20 por ciento en la última década, pero además estos son un 15 por ciento más grandes. De hecho, lamenta que la última oleada de incendios en España ha calcinado al menos 10.000 hectáreas en poco más de cinco días. En este contexto, WWF advierte de que esta oleada no será la única ya que se espera un verano "seco, largo y caluroso".

Por otro lado el informe expone que ha aparecido una nueva generación de incendios en la Europa mediterránea denominada "superincendios", que son fuegos muy veloces, letales e imposibles de apagar a pesar de los avanzados dispositivos de extinción.

En total, los datos del informe indican que más del 80 por ciento de la superficie que cada año se quema en el continente europeo pertenece a Portugal, España, Francia, Italia, Grecia y Turquía, con una media de 375.000 hectáreas en más de 56.000 siniestros que "generan importantes daños ambientales y económicos" y suponen un "serio riesgo para las vidas humanas".

"Urge asumir que tenemos un problema para el que no estamos preparados", ha afirmado la autora principal y experta en incendios de WWF, Lourdes Hernández, que añade que los últimos superincendios han demostrado que el paisaje, los montes, los sistemas actuales de lucha contra los incendios y la sociedad en su conjunto no están preparados para estas "tormentas de fuego generadas por el cambio climático".

Por ello, ve "imprescindible" cambiar el enfoque de la lucha contra el fuego y pasar de apostar por la extinción a apostar por la prevención.

De no hacerlo, advierte de que seguirán produciéndose "situaciones dramáticas" como las de Portugal y España en 2017 o en Grecia en 2018, que se saldaron 225 víctimas mortales.

En este contexto, la ONG pide a los Gobiernos de los seis países que unan sus esfuerzos en una Estrategia de Prevención de Incendios comunitaria y ha iniciado una recogida de firmas en la página de Internet ardeelmediterraneo.es

Emergencias civiles

En definitiva, la ONG advierte de que los incendios han dejado de ser un problema forestal o rural y han pasado a ser "emergencias civiles" a consecuencia de la siniestralidad por una arraigada cultura de fuego, por la quema de rastrojos, fogatas; un paisaje con grandes acumulaciones de combustible altamente inflamable debido al abandono de usos, la ausencia de gestión y planificación forestal, casas intercaladas en el monte y el cambio climático, que proporcionan la receta perfecta para estos incendios.

La ONG considera que la "única estrategia eficaz" para enfrentar los incendios es abordar estas causas y apostar por una prevención real para reducir la alta siniestralidad y convertir el territorio en un lugar menos inflamable y más resistente contra el cambio climático.

El 96% causados por el hombre

Por otro lado, el responsable del programa de conservación de WWF Grecia, Constantinos Liarikos Grecia, ha destacado también que de forma accidental o intencionada, el 96 por ciento de los fuegos en los seis países mediterráneos están causados por el hombre.

"Esto significa que la prevención de incendios está también en nuestras manos. Tomar las medidas de prevención adecuadas y conocer qué hacer ante estos siniestros son dos de los elementos más importantes para evitarlos. Así podremos proteger de manera activa nuestros bosques y los servicios que nos ofrecen", ha reflexionado.

Aunque a nivel Mediterráneo la ONG reclama una Estrategia de Prevención de Incendios comunitaria con visión a largo plazo, a nivel nacional WWF pide reducir la alta siniestralidad, aumentar el esfuerzo en investigación de las causas y motivaciones de incendios para adaptar las soluciones y acabar con la impunidad.

Otras de las medidas para atajar el problema pasan por reducir la inflamabilidad, priorizar las zonas de mayor riesgo de incendios forestales y promover planes de prevención basados en diversificar los usos y aprovechamientos, fomentar la gestión forestal, apostar por la ganadería extensiva y los sistemas agroforestales. Por último, WWF insiste en la importancia de combatir el cambio climático, que acelera e intensifica este grave problema.

A nivel general, existe una gran variación por países aunque en general, casi el 30 por ciento de los incendios responden a una causa conocida; el 40 por ciento se deben a una cultura "muy arraigada" de la cultura del fuego, y este porcentaje incluso aumenta hasta el 77 por ciento en el caso de Francia.

En Grecia y Portugal se desconocen las causas de más de la mitad de los siniestros y, en cuanto a la intencionalidad, en la región la media es un 26 por ciento. Esto contrasta con España donde son intencionados hasta el 55 por ciento de los fuegos, lo que da idea de la existencia de "graves conflictos sociales y económicos" que siguen sin resolverse desde hace décadas.

Finalmente, el informe de la ONG destaca también que España es el país que más presupuesto destina a la extinción por hectárea y que dispone de uno de los mejores sistemas de extinción a nivel mundial pero las estadísticas reflejan que el sistema es "víctima de su propio éxito", ya que cada año hay más grandes incendios en proporción al total de siniestros, más grandes y más peligrosos.