Sudoración, palpitaciones, mareos, angustia, ataques de pánico... Son algunos de los síntomas que experimentan algunas personas cuando llega la hora de volar. A las puertas de las vacaciones de Semana Santa, estos días serán muchos los que aprovecharán estos días de descanso para viajar a destinos de lo más variopintos. Para algunos de los que lo hagan en avión, la experiencia no será placentera. Y es que el miedo a volar es una de las fobias más frecuentes. Traumas o inseguridades figuran entre las causas de la denominada aerofobia, el miedo intenso e irracional a volar o a los aviones.

Es un miedo que sufre entre un 15 y un 30% de la población, aunque en sólo una pequeña parte se puede hablar de fobia, del miedo paralizante exageradamente alto que inunda todas las áreas de nuestra vida y puede producir situaciones muy desagradables.

Aunque superar este tipo de fobias es una tarea complicada y que en muchos casos requiere ayuda profesional, sí es posible seguir una serie de pautas para hacer más llevadero el trance de coger un avión. Los psicólogos advierten de que cada paciente es diferente, pero facilitan algunas recomendaciones para que las personas que van a volar lo puedan hacer de una forma más relajada.

Elige tu asiento. En la medida de lo posible elige tu asiento en el pasillo y evita estar junto a la ventana, donde al miedo por volar se le puede unir una cierta sensación de vértigo. Si reservas con la suficiente antelación, tendrás la posibilidad de elegir el lugar en el que te sientas.

Busca distracciones. Aprovecha el vuelo para realizar actividades que te gusten. Por ejemplo, puedes aprovechar para leer una revista de alguna temática que te resulte placentera o bien puedes escuchar a tu grupo favorito. Si recurres a la música, debes saber que las canciones con un tempo lento similar al del latido del corazón te ayudarán a reducir los nervios. Otra posibilidad es hablar con la persona sentada junto a ti en el avión. Todo es válido excepto centrarse en buscar posibles anormalidades (ruidos en el avión, movimientos de la tripulación€).

Utiliza técnicas de relajación. Respira profundamente y ponte cómodo en el asiento del avión. Son muchos los ejercicios y técnicas de respiración que existen para calmar los nervios y ayudar a tranquilizarnos. Ponlas en práctica y verás como lograrás reducir drásticamente los niveles de ansiedad.

Cuida tu vestuario. Intenta evitar la ropa ajustada. En su lugar, utiliza ropa cómoda y holgada. Te harán sentir mejor y estarás más cómodo en el espacio reducido con son los asientos de los aviones.

Cuidado con lo que bebes, comes o tomas. No resulta recomendable recurrir a la ingesta de alcohol, ya que se trata de un excitante que puede llegar a provocar todavía más ansiedad. Tampoco las bebidas energéticas, además de cafés y tés, son una buena opción, ya que pueden incrementar los niveles de adrenalina. Los excesos en la alimentación tampoco son una buena idea. En cuanto al uso de fármacos, esta opción solo debería emplearse bajo supervisión médica.

Prepara el vuelo desde casa. Aunque lógicamente no es lo mismo, puedes recurrir a reproducir en tu casa lo que vivirás en el avión. Siéntate en un sillón e intenta comportarte como lo harías en el avión. Puedes buscar distracciones, como escuchar música o realizar un crucigrama.

Llega con tiempo al aeropuerto. Con el objetivo de familiarizarte con todo lo que vendrá durante el vuelo, intenta llegar con antelación al aeropuerto. De esta forma te familiarizarás con el ambiente que te encontrarás durante el vuelo y podrás llegar de forma más calmada al avión. En este sentido, si sufres de aerofobia no es una buena idea esperar al último momento para llegar al aeropuerto y subir con prisas al avión.

Elimina los pensamientos negativos. Déjate llevar por la calma, confía en la tripulación y sigue sus indicaciones. Pregúntales cualquier duda que tengas sobre las fases del vuelo y, sobre todo, no dejes que los pensamientos negativos o los miedos te atenacen o te lleven a una situación de pánico.

Investiga sobre los aspectos técnicos del avión. Se trata de uno de los medios de transporte más seguros y debes saberlo. Infórmate acerca de cómo funcionan los aviones y los estrictos controles y revisiones a los que se someten las aeronaves. Esto puede ayudarte a sentirte más seguro. Además, puedes investigar también sobre la complejidad del proceso de formación al que se someten los miembros de la tripulación. Convéncete de que estás en las mejores manos.

Viaja acompañado. Si tienes esta posibilidad, viajar en compañía puede suponer un alivio, ya que de esta forma la persona que padece aerofobia no se sentirá sola y podrá compartir con alguien sus pensamientos. Viajar con un amigo o un familiar es una buena forma de distraerse.

Si ninguno de estas recomendaciones funciona y por motivos laborales o personales nos vemos obligados a coger frecuentemente un avión, la mejor opción pasa por ponerse en las manos de un profesional. En este caso, existen cursos que combinan el apoyo por parte de psicólogos con información técnica sobre los aviones que son una de las mejores opciones para combatir el miedo a volar.