El 1 de noviembre los españoles celebran el Día de Todos los Santos. A lo largo de esta jornada, los cementerios se llenan de flores y de personas que aprovechan esta festividad para visitar y adornar las tumbas de sus familiares. Se trata de una tradición que todos hemos presenciado año tras año, pero de la que muy pocos conocen sus orígenes.

El Día de Todos los Santos es, además, festivo en el calendario laboral de los españoles. Si te has preguntado más de una vez el porqué de esta celebración, aquí te lo desvelamos. ¿Por qué se eligió este día para venerar y recordar a los familiares fallecidos?

Orígenes del Día de Todos los Santos

La Iglesia Católica fue la responsable de la instauración del Día de Todos los Santos. Los orígenes se remontan a principios del siglo IV, en el contexto de la persecución liderada por Diocleciano. Ésta fue conocida como la ´Gran Persecución´ y es recordada como la última y más sangrienta persecución que el Imperio Romano llevó a cabo contra los cristianos. La masacre consecuente de estas persecuciones dio como resultado miles de muertos, a los que la Iglesia consideró como mártires.

Con la intención de venerar a todos estos mártires, la Iglesia decidió buscar un día en su honor. Al principio no hubo una fecha fija para rendir homenaje a todos estos muertos y no fue hasta la llegada del Papa Gregorio III, allá por el siglo VIII, cuando se fijó el 1 de noviembre como Día de los Difuntos.

La celebración del Día de Todos los Santos quedó definitivamente instaurada el 1 de noviembre en el siglo IX. Fue el papa Gregorio IV el encargado de oficializar esta festividad, que perdura a lo largo de los siglos y la historia.