Arnaldo Bueso es el Ministro del Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre (ICF) de Honduras. Bueso pertenece al gobierno de Juan Orlando Hernández, al que los observadores internacionales acusaron de amañar las últimas elecciones, generando una crisis poselectoral, con enfrentamientos violentos y denuncias de violaciones de los derechos humanos en el país. Bueso fue anteriormente presidente de la ONG Care, una de las más reivindicativas en el país en cuanto a la defensa del medio natural. Estos días visita España junto a la ONG Geólogos del Mundo, que colabora con el ICF en Honduras.

-¿Cómo se decidió a entrar en política?

-En el último año y medio he trabajado muy de cerca con el presidente Juan Orlando Hernández. Tenemos una relación de amistad muy buena y respeto mucho su trabajo para transformar nuestro país. Él me invitó a participar en política en el afán de renovar equipos en el partido y sumar esfuerzos de personas con competencias vinculadas a temas del desarrollo. Me sumé al esfuerzo y en los últimos seis meses me ha permitido liderar el Instituto de Conservación Forestal (ICF). Es una secretaría de estado muy fuerte que maneja temas que son muy importantes para el desarrollo de Honduras. En ello colabora con nosotros Geólogos del Mundo.

-¿Cuáles son los retos que afronta su secretaría de Estado?

-Honduras es un país exquisito en términos de recursos naturales. Somos un país muy forestal, pero tenemos que manejarlo adecuadamente. Hay problemas serios, la industria forestal ha caído, por ello el bosque no se vuelve interesante para las poblaciones. No le ven un atractivo económico y sin embargo, tiene tremendos recursos para serlo. Estamos tratando de repotenciar la industria secundaria en los bosques, por ejemplo, a través de la extracción de la resina o la industria papelera, como hacen aquí con los eucaliptos. Falta definir estrategias para el manejo sostenible de estas cuestiones. En Honduras tenemos 79 áreas protegidas que deben acercarse a la población. Los que viven alrededor de ellas no están valorando las posibilidades que estas les pueden ofrecer. Hay que fomentar el turismo en ellas.

-¿Hay plantaciones y laboratorios de cocaína en sus bosques?

-Escuché en noticias que había algunas plantaciones. No es un tema que nosotros manejemos. Honduras ha sido un país de trasiego para mover la cocaína hacia el norte. Aunque si escuché que se había encontrado algún laboratorio. La lucha contra el narcotráfico ha sido una de las más intensas que ha llevado a cabo el presidente en estos años. Ha permitido extraditar a Estados Unidos a fuertes capos de la droga para erradicar este flagelo.

-Hable de la situación del pueblo hondureño.

-Honduras es un país catalogado como pobre. Hay mucha población en extrema pobreza. Esto dificulta el desarrollo. Este mandato del presidente Hernández está muy enfocado a cambiar esto. Lamentablemente los resultados no se pueden ver de un día para otro, pero los esfuerzos están orientados a reducir ostensiblemente estas brechas de inequidad, con leyes que traten de favorecer a la población. Creemos que se puede reducir mucho la pobreza, con los esfuerzos de los dos mandatos de Hernández. Calculamos que de aquí a cinco años se verán resultados importantísimos.

-¿Quieren al presidente Hernández a pesar de las acusaciones de fraude electoral?

-En Honduras hemos tenido muchos gobiernos populistas. Nuestro pueblo se acostumbró a que se le regalara todo. Ibas a una aldea pobre, les llevabas dinero y a ellos les encanta eso. El presidente Hernández ha girado esta estrategia, llevando conocimiento a estas poblaciones para que sean autosostenibles. Evidentemente estas acciones no son populistas. La gente es reticente a tener que trabajar. Nosotros preferimos darles una formación, una ayuda financiera pero no regalada, si no bajo procedimientos de préstamos. Eso no le ha gustado a una parte de la población porque está acostumbrada a recibir todo gratis. Si le das dinero a alguien pobre no estas seguro de si lo va invertir correctamente o para comprar alcohol y emborracharse.

-¿Y las revueltas violentas?

-Ha habido reacciones de una parte de la población. Hablamos solo de gente joven y solo en las ciudades principales se han opuesto a las acciones del presidente Hernández. Este tema de la reacción contra él es más bien urbano, algo similar a lo que sucede en las grandes ciudades del mundo.

-Se acusó al Gobierno de violar derechos humanos.

-La violación de derechos es intolerable, no se debe permitir. No hay puntos medios. Se ha criticado bastante su existencia, pero se requiere tener un fundamento sólido para demostrar que ha sucedido. No niego que en Honduras haya habido violaciones de los derechos humanos, tiene que haber excepciones. Pero la prioridad del presidente en su trabajo es el respeto al ser humano.

-Hablando de derechos, ¿cómo está la educación?

-Estamos en proceso de estabilización. La educación en nuestro país nunca tuvo el crecimiento que se quería. Ha sido muy complicado asegurar que los niños y niñas de nuestro país tengan acceso a doscientos días de clase al año, que es el promedio que debe haber en Honduras. Antes no se llegaba ni a los cien, ahora llevamos cuatro años teniéndolos. Eso todavía no es calidad educativa, hablamos de atención, ahora poco a poco se está tratando de superar eso. El presidente está creando un comité especial de sociedad civil para trabajar el tema educativo y transformarlo buscando una educación pública, de calidad, un modelo propio accesible a todos. Es fundamental para el desarrollo.