Venecia cayó ayer rendida a los pies de Natalie Portman. La intérprete acudió a la ciudad italiana para presentar, en su prestigioso festival de cine, su nueva película: "Vox Lux", dirigida por Brady Corbet. Un filme en el que la actriz interpreta a una cantante pop lanzada al estrellato a rebufo de su condición de víctima de un tiroteo en su colegio, cuando era una adolescente.

Portman reinó primero en la alfombra roja, donde lució todo ese glamur que se le demanda a una genuina estrella de Hollywood, y después asombró en la pantalla, con una interpretación que la crítica especializada califica de "poderosa" y "magnética". Aún más: hay quien dice que es su mejor interpretación desde "Cisne negro", la película de Darren Aronofsky por el que logró el "Oscar" a la Mejor actriz en 2010.

Para la actriz, el filme, que parte de una tragedia con muchas similitures al tiroeto en Columbine, en 1999, no tiene otro objetivo que "hacer pensar" al espectador. "No es exactamente una película que contenga un mensaje, es una pieza de arte más que un retrato. Un reflejo sobre nuestra sociedad y la intersección entre la cultura pop y la violencia", resalta Portman.

La actriz, graduada en psicología y de origen israelí, considera que ser de un lugar en el que la gente ha sufrido mucho durante tanto tiempo hace que tenga un interés especial "en la psicología de lo que la violencia provoca en los individuos". Un fenómeno muy presente ahora en Estados Unidos, donde se producen regularmente tiroteos en escuelas, una "especie de guerra civil y de terror" que está teniendo un impacto psicológico en toda la sociedad, pero especialmente en los niños que después de esos hechos tienen que volver a las aulas y en sus padres. "Es tremendo", reflexiona, "cómo un pequeño acto de violencia puede provocar un amplio tormento psicológico".

Su personaje en el filme, Celeste, es una cantante que, con 14 años, resulta herida en un tiroteo en su colegio. Compone una canción en homenaje a las víctimas que supondrá el despegue de una carrera meteórica en el mundo de la música. Una especie de "fábula", en palabras de Corbet, que ha querido resumir en su película "los momentos que han definido los últimos 20 años".

Además de "Vox Lux", en el Festival de Venecia se presentó ayer "Obra sin autor", la nueva película del alemán Florian Henckel von Donnersmarck. Un director que logró el reconocimiento de público y crítica con su primera película, la extraordinaria "La vida de los otros" (2006), pero cuya carrera sufrió un frenazo en seco con la decepcionante "The Tourist" (2010). Una trayectoria que ahora trata de enderezar con este filme.