Para recordar a las víctimas, la asociación ha organizado una serie de actos con ofrendas florales, poemas y músicas en Madrid y en Las Palmas.

En la capital española, los actos se llevarán a cabo en tres escenarios: el Parque Juan Carlos I, la Terminal 2 de Barajas, donde acudirá la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y el lugar del accidente.

Aunque en un primer momento estaba confirmado el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, finalmente no acudirá por motivos familiares.

En Las Palmas, los actos de recuerdo se celebrarán en el monumento en la playa "Ojos de Garza" de Telde, en el monumento "Luces en el Vacío" de la playa de Las Canteras, en la Plaza de la Memoria y la catedral de Las Palmas, donde se celebrará una misa.

El accidente de Spanair ocurrido en el aeropuerto de Madrid-Barajas en agosto de 2008, del que se cumplen ahora diez años, supuso el principio del fin de la aerolínea, ya que agravó sus problemas económicos, que la llevaron a la quiebra tres años y medio después a pesar de un cambio de propietarios.

Fue el 20 de agosto de 2008 cuando el vuelo 5022 de la compañía con 172 personas a bordo y destino Gran Canaria se estrellaba en Barajas (Madrid) al poco de despegar a las 14.45 horas. Murieron 154 personas, cuatro de ellas zamoranas, y 18 resultaron heridas. Del informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), aprobado el 17 de agosto de 2009, se desprendía que el avión despegó con los flaps replegados y que falló el sistema encargado de advertir a la tripulación.

El 19 de septiembre de 2012, la Audiencia Provincial de Madrid archivó la causa penal, al considerar que la responsabilidad del siniestro no es imputable a los técnicos, sino a la actuación "errónea" de los pilotos, fallecidos en el siniestro.

El Sepla recurrió el auto y en febrero del 2018 el Congreso aprobó, con la abstención del PP, la creación de una comisión de investigación sobre el accidente, que está en marcha.

Spanair, constituida en 1986 por los empresarios Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual y la aerolínea escandinava SAS, fue adquirida en 2009 por un grupo de inversores e instituciones catalanas y presentó concurso de acreedores en enero de 2012.