La tecnología exhibe, como Jano, un doble rostro. Bajo su manto fluye el insoslayable progreso, que ha logrado cancelar distancias antes insalvables hasta convertirnos en una comunidad global en constante interconexión. Pero, ¿qué no resta? Los hogares inteligentes, con artilugios inteligentes que conviven con nosotros como testigos silenciosos de nuestras andanzas domésticas, ¿qué datos vuelcan en la red y a quien los envían? El despliegue de antenas, conexiones, wifis, bluetooths y demás engarces inalámbricos, ¿no estarán astillando nuestra salud a la chita callando?

Los recelos y desconfianzas se renuevan con la futura implantación del 5G, red móvil de quinta generación que proporcionará a nuestros dispositivos un espectacular ancho de banda, llamada a sustituir a la vigente 4G.

Algunos sectores científicos y medioambientales alertan de que representará un incremento de la contaminación electromagnética. Pero expertos en informática y telecomunicaciones desechan estos peligros. "Por lo que yo sé, no hay evidencia conclusiva de que las ondas electromagnéticas produzcan efectos fisiológicos medibles. Llevamos con los móviles muchísimos años, y hasta ahora no ha aumentado el número de tumores ni nada. Si no, se sabría. Ya hay bastante experiencia", reflexiona Darío Álvarez, profesor de informática de la Universidad de Oviedo.

Eugenio Jiménez Yguacel, profesor de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, respalda la posición de Álvarez: "Los problemas de posible contaminación electromagnética son los mismos que tenemos hoy con la radio, los teléfonos inalámbricos, la wifi...no cambia nada en absoluto", señala. Desde su punto de vista, "no tiene sentido alarmarnos otra vez por los posibles efectos de las ondas electromagnéticas en la salud. Lo que tiene de nuevo la tecnología 5G son las matemáticas para que lleguen los datos más rápido".

De hecho, ni siquiera una eventual instalación de más antenas sería nocivo para la salud, al contrario. "Cuando se ponen más antenas lo que se hace es disminuir la potencia. Cuantas más antenas haya, cada una tendrá que emitir con menos potencia. Es como regar un campo: puedes hacerlo a manta, con una tubería muy grande que lo inunda todo, pero es más sensato regar por goteo, con un tubito que lleva a cada lugar la gota de agua que hace falta. Así, es mejor que haya más antenas porque emiten con menos potencia", explica Jiménez Yguacel.

En cuanto a los beneficios, se resumen en una palabra: velocidad. Esta es la clave del 5G. "Para los usuarios, lo que supondrá será equiparar las prestaciones entre las conexiones por cable y las del ámbito móvil. Esas grandes velocidades que ahora se tienen en conexiones fijas, las que van por cable, se podrán tener en un móvil. Realmente, los ordenadores seguirán corriendo un poco más, tendrán más ancho de banda, pero se acercarán mucho", explica Darío Álvarez.

Esto permitirá gestionar más más datos. "Como usuario normal, lo que más te viene a la cabeza son las aplicaciones que consumen mucho ancho de banda, como las de cine en streaming. Aplicaciones que consumen muchos datos y para las que se necesita una conexión fija. Con el 5G ya no será necesario: ya no habrá que estar conectado", sostiene Álvarez.

Otro beneficio adicional será llevar la conexión a internet a entornos rurales, a los que en la actualidad no llega, o no lo hace con la suficiente potencia. "Puede ser una solución, aunque ahí entra en juego la cobertura", sostiene Álvarez.

La tecnología de redes 5G ya está disponible, aunque tardará aún un tiempo en estar operativa para nuestros dispositivos móviles. "Ya se están haciendo pruebas, pero aún no hay fechas. La clave es económica: le tiene que compensar a las empresas hacer ese cambio", sostiene Álvarez. Una evolución que supondrá, de nuevo llamar al antenista, ya que obligará a cambiar las antenas de los hogares españoles para dejar libre la banda de 700 megahercios (MHz) que ahora ocupa la televisión digital terrestre (TDT). "Pasó algo similar con el 4G. Son cambios molestos, pero luego te olvidas de ellos cuando coges el móvil y tienes una velocidad como la que te permitirá el 5G", sentencia Álvarez.