El Cuerpo Nacional de Policía investiga la muerte de una mujer de 57 años, presuntamente a manos de su marido, de 54, ocurrida ayer por en su domicilio, situado el número 34-36 de la calle de la Estrella. El hombre, de quien no constan denuncias por violencia de género, llamó al 091 a las 19.20 horas para informar de que acababa de matar a su cónyuge y se entregó a los agentes cuando acudieron a la vivienda, donde comprobaron que supuestamente le había efectuado un corte en el cuello con un arma blanca.

Se trata de la primera muerte de origen violento ocurrida en la ciudad este año, aunque se desconoce cuál es el móvil del crimen y si se trata de un acto de violencia machista, ya que en principio se activó el protocolo habitual para estos casos. Fuentes de la investigación revelaron que la mujer padecía una grave enfermedad y se encontraba en estado terminal, por lo que se intenta conocer si el estado de salud de la víctima guarda relación con la actuación de su marido.

Una vez que se detuvo al presunto autor, la juez de guardia se personó en el domicilio, al que también se desplazaron miembros de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer de la Brigada de la Policía Judicial, además de especialistas de la Policía Científica para tomar muestras, aunque en la vivienda no se hallaron señales de que se hubiese producido un enfrentamiento entre sus dos ocupantes.

A diferencia de otros crímenes, los agentes permanecieron poco tiempo en el lugar, lo que puede indicar que los hechos no ofrecen dudas para los investigadores. A las 21.30 horas la juez autorizó el levantamiento del cadáver, tras lo que un furgón de una empresa de servicios funerarios transportó el cuerpo de la víctima al Hospital Universitario, donde le será practicada la autopsia en las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Galicia para determinar las causas de la muerte, aunque en principio no parece haber dudas de cómo se produjo.

La investigación tratará ahora de saber si existe una vinculación entre el estado de salud de la víctima y la actuación de su esposo. En el pasado reciente ha habido crímenes en los que personas ponían fin a la vida de sus cónyuges para evitarles sufrimientos al sufrir una enfermedad incurable y padecer graves sufrimientos, pero en este caso todavía debe averiguarse si se producía una situación de este tipo, ya que no ha trascendido si el hombre actuó movido por la intención de ahorrar padecimientos a su mujer.

La llegada del furgón funerario y la salida de los policías de la vivienda fue el momento en el que los clientes de los numerosos establecimientos de hostelería existentes en la calle de la Estrella, una de las principales de la zona de los vinos en la ciudad, conocieron que se había producido un suceso, a pesar de las terrazas que están instaladas en la vía pública, que obligaron a que el vehículo del tanatorio tuviera que entrar marcha atrás desde Santa Catalina. Tampoco los trabajadores de la entidad Afundación, que se encuentra situada frente al edificio donde ocurrieron los hechos, tuvieron conocimiento de los mismos hasta la salida del cadáver.

Hasta entonces la policía mantuvo su presencia en el lugar con notable discreción, ya que solo un par de motocicletas estuvieron aparcadas junto al edificio número 38 de la calle, en la que se carácter peatonal y su estrechez impidió la entrada de automóviles policiales. Cuando en un primer momento acudió al lugar una ambulancia, los vecinos creyeron que se había producido un accidente doméstico, por lo que no dieron mayor importancia a la presencia del vehículo.