La muestra "Del carbón al graffiti" pretende trasladar la reivindicación de las cuencas mineras a las paredes del Museo.

La exposición nace inspirada en los graffitis que se encuentran en las calles de las cuencas mineras, donde el declive producido por el desmantelamiento de su principal sustento económico sirvió de acicate para que los jóvenes salieran a la calle y utilizaran el "spray" como arma de reivindicación.

"Queremos meter el graffiti dentro del Museo y dar libertad a los artistas para que plasmen sus ideas", explica Roberto. Unas ideas que deben centrarse en la minería "tanto bajo tierra, es decir, el trabajo, las herramientas, los peligros, como en el exterior, la propia vida de la minería, los conflictos que protagoniza o la cultura minera en sí misma".

Ocho son los artistas que durante tres días han dado rienda suelta a su imaginación y han plasmado, en un espacio limitado de 4 metros de ancho por 2,5 de alto, su visión personal sobre la minería, que a alguno de ellos les afecta de cerca, al ser procedentes de cuencas mineras.

Sin embargo, el propio director del Museo explica que "no se buscaba que los artistas procedieran de cuencas mineras, sino que queríamos más diversidad para así tener más diversidad y ver cómo se ve desde otro punto de vista más aislado de las cuencas".

Ocho artistas conocidos en el mundo del graffiti, con una gran calidad en cuanto técnica y expresión, que durante tres días han plasmado en las dos plantas del edificio de Sabero unas obras de arte que, una vez llegado el 12 de septiembre, desaparecerá por completo, ya que serán tapadas con pintura.

Procedente de La Robla, Alejandro Lorenzana, muestra en su obra el entorno industrial en el que ha crecido y basándose en conceptos del caos y orden muestra una realidad gris en un universo distópico, donde los momentos más bellos y poéticos son contemplados a través de amasijos de hierros. También de la villa roblana, Daniel Casado, conocido como Smog, es un artista autodidacta que centra su obra en el realismo, cuya vinculación familiar con el mundo minero ha hecho que parte de su trabajo recoja aspectos relacionados con ello.

De León procede Guillermo Martín, Eser, que lleva en el mundo del graffiti profesional desde los 20 años, trabajando para varias empresas de interiorismo, y asegura que su forma en entender la vida es a través de la pintura.