Hawking, que capturó la imaginación de millones de personas en todo el mundo, murió el 14 de marzo a los 76 años. Impulsado al estrellato por su libro de 1988 "Una breve historia del tiempo", que tuvo un inesperado éxito de ventas, el genio de Hawking conquistó admiradores mucho más allá del complicado mundo de la astrofísica. Su muerte dio pie a una lluvia de homenajes, de la reina Isabel II a la NASA, que reflejaban su impacto como científico pero también como faro de esperanza para las personas afectadas por enfermedades degenerativas. El servicio de ayer, al que asistieron familiares, amigos y colegas, celebraron sus logros como científico, sino también su carácter y resistencia a la devastadora enfermedad.