Las narraciones cortas tienen largo recorrido en Alba Editorial. Su catálogo es un excelente muestrario de joyas literarias que demuestran, página a página, el incalculable valor del cuento cuando ha sido construido con talento, precisión y esmero. Orfebrería en estado puro que podemos encontrar, por ejemplo, en "Relatos de música y músicos. De Voltaire a Ishiguro (1766-2013)", una antología de 44 cuentos y nouvelles preparada por Marta Salís.

Más de dos siglos de literatura están representados en un libro recorrido por las notas de todo tipo de géneros musicales y literarios. Son 723 páginas que se leen y "suenan", habitadas por temas de inspiración eterna como la disciplina y el trabajo, el genio y las musas, la emoción y la transformación que pueden nacer de una composición musical. Escritores muy distintos unidos por una misma pasión musical, que indagan, reflexionan, evocan, recrean o, simplemente, se dejan llevar en volandas por la magia de los sonidos nacidos para crear belleza: de Voltaire a Kazuo Ishiguro, de Balzac a Julian Barnes, de Tolstói a James Baldwin, de Katherine Mansfield a Dorothy Parker, de Machado de Assis a Pirandello.

"Un siglo de cuentos rusos. De Pushkin a Chéjov" regala un viaje apasionante por un género que contribuyó de manera definitiva a forjar en el siglo XIX la edad de oro de la literatura rusa. Esta antología acoge veinticinco piezas maestras que no sólo muestran un compendio literario de excepcional valor sino un testimonio de historia a cargo de Aleksandr S. Pushkin, Nikolái V. Gógol, Iván S. Turguénev, Fiódor M. Dostoievski, Lev N. Tolstói, Nikolái S. Leskov y Antón P.Chéjov. Autores imprescindibles, inagotables, esenciales.

Los "Cuentos de amor victorianos" se nutren de un sentimiento de implicaciones anímicas como sociales que dejó una huella literaria indeleble en una sociedad volcada en el utilitarismo, y en la que el género encontró el escenario ideal para desarrollarse plenamente, con autores como Mary Shelley, D. H. Lawrence, Hardy, Wilkie Collins, Wilde, Conan Doyle, Dickens, Stevenson, Conrad o Kipling. Nada menos.

Un complemento pluscuamperfecto: los "Cuentos góticos" de Elizabeth Gaskell. Bienvenidos al escalofrío: desapariciones misteriosas, fantasmas rencorosos, caballeros y aristócratas con una doble vida de asesinos y bandidos, maldiciones que se vuelven contra los descendientes de quien las lanzó, encierros en castillos, persecuciones feroces y huidas dolorosas? La gran novelista del realismo victoriano, rebusca en esos secretos que atormentan a familias corrientes y, sobre todo, a heroínas marcadas a fuego por su dependiente condición femenina.

"Cuentos de detectives victorianos" es un título imprescindible para los amantes de una de las tradiciones narrativas más populares e influyentes de nuestra época. Son veintiséis relatos que muestran perfectamente la evolución del género desde sus orígenes. Maravillas servidas por talentos conocidos como Dickens, Wilkie Collins y Conan Doyle, pero también por narradores injustamente olvidados.

Una obra deliciosa. Y reveladora: "La princesa de las remolachas y otros cuentos populares inéditos". Son 73 de los 500 cuentos inéditos que en 2009 la folclorista Erika Eichenseer descubrió en el archivo municipal de la ciudad de Regensburg recopilados por el escritor y folclorista bávaro Franz Xaver von Schönwerth entre 1857 y 1859, y al que el éxito más edulcorado de los hermanos Grimm dejó en un segundo plano. Su interés es evidente, incluso perturbador, pues no renuncia a la brutalidad, conserva elocuentes alusiones sexuales y defiende su espíritu rebelde y sus elementos realistas sin el maquillaje del afán literario. Los cuentos de hadas se representan aquí sin contaminar. En bruto. Al desnudo.

Y otro libro para disfrutar línea a línea: "Cuentos de perros", de Rudyard Kipling. Dos años antes de morir, el autor de "El libro de la selva" reunió en un volumen nueve cuentos y cinco poemas dedicados a esos animales que a veces saben "más que un hombre". De India a Inglaterra pasando por los parajes helados del Ártico, la pluma magistral de Kipling logra la perfecta alquimia del entretenimiento, la alta literatura y el mensaje inspirador.

Los "Cuentos del Lejano Oeste" permiten conocer a un autor poco conocido, Bret Harte, "el Dickens de los pioneros": ilustrando con humor y sentimiento el valor y la virtud de los primeros colonos, dio a conocer el salvaje Oeste a los "afectados" lectores de la Costa Este, para quienes California era pura leyenda, e implantó una serie de arquetipos perdurables de lo que entonces aún era una tierra prometida, aunque ya sacudida por la violencia y el racismo. Estos dieciséis Cuentos del Lejano Oeste son un homenaje a los aventureros, a los tahúres, a los bandidos, a las prostitutas, a las maestras?

La propuesta no termina aquí: "El señor de las muñecas y otros cuentos de terror", de Joyce Carol Oates; los "Cuentos completos" de Katharine Mansfield y Herman Melville, relatos de Antón P. Chéjov y Thomas Hardy... Genialidad en estado puro.