Juan Enrique Soto, nacido en 1966 en la ciudad alemana de Bieburg, es doctor en Psicología, Inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y dirige la sección de Análisis de Conducta de la Policía Nacional.

De rostro amable y sonrisa fácil, habla con orgullo de su equipo, formado por cinco analistas de conducta de élite, enfocados al esclarecimiento de los casos más complicados a los que se enfrenta la Policía Nacional.

Pregunta: ¿Están las series sobre crímenes y los programas de televisión enseñando a los "malos" a cometer mejor sus crímenes o, por el contrario, les sirven a ustedes para difundir su trabajo?

Juan Enrique Soto: Un poco de todo. Por un lado, nos hacen visibles, sobre todo a nivel interno: cuanta más repercusión tiene nuestro trabajo, más fácil es conseguir medios. El problema es que muchas veces suele haber una incompatibilidad entre lo que buscan los medios, que es la actualidad y el detalle, y lo que es la investigación policial, que precisamente debe guardar el detalle para poder esclarecer el delito. Eso, a veces, produce un choque de intereses.

P: "Toda conducta tiene una motivación". Esta frase que escribe en su libro sobre las ejecuciones del Daesh, 'Humillación y Agonía', resume su espíritu investigador. ¿Cuál ha sido su motivación para llegar a convertirse en jefe de la sección de Análisis de Conducta de la Policía Nacional?

J.E.S: Yo entré en la Policía hace 24 años y ya era psicólogo. Tuve la suerte de que mi primer destino fuera Homicidios. Con lo cual, desde el primer momento yo tuve claro que la psicología podía aportar mucho a la investigación policial. Así que llevo 24 años intentando dar fe de esa frase. Cuando yo entré, no había ninguna sección parecida a la que dirijo actualmente, pero con el tiempo se ha podido ir dando forma a esta idea, y la Sección de Análisis de Conducta está activa desde el año 2010.

P: Ha publicado diversas novelas de misterio y aventuras y un libro de recopilación de sus poesías, ¿qué papel juega la literatura en una persona acostumbrada a ver las miserias humanas tan de cerca?

J.E.S: Yo siempre he dicho que soy escritor y me gano la vida de policía. Yo siempre he escrito, desde mucho antes incluso de ser psicólogo. De hecho, me ha costado mucho escribir, hasta hace muy poco, sobre cuestiones policiales. Yo no quería escribir novelas de policías. ¡Bastantes policías tenía ya en mi trabajo! Pero al final lo he hecho. Nos tenemos que buscar algún tipo de evasión. Si no, es insoportable. Es una vía de escape. No sólo para el trabajo, sino para todo en general. Necesitamos ocios. Y uno de los míos es la literatura.

P: Usted ha registrado el método VERA. ¿Puede explicarnos en qué consiste y qué lo hace original respecto a otros métodos de investigación?

J.E.S: Este método se validó científicamente, y eso no es normal encontrarlo en métodos de perfilación. Además, se puede aplicar tanto al caso único como al caso serial. Los métodos habituales de investigación están diseñados para asesinos en serie, porque son metodologías que vienen del ámbito anglosajón, sobre todo de EEUU. Y allí es relativamente habitual encontrarse con casos de asesinos en serie. Pero en España y en Europa eso no es lo habitual. Así que esos métodos no servían. En base a mi experiencia, yo veía que necesitábamos un método que se pudiera aplicar a nuestra realidad de casos únicos, es decir, que alguien mata a alguien y punto. Además, es un método muy sencillo (que no simple). Eso permite aplicarlo a cualquier tipo de investigación policial de delitos graves (homicidios, agresiones sexuales, estafas, desapariciones inquietantes...). En la actualidad, este método se está utilizando en policías de otros países como Rumanía o Costa Rica.

P: En su manual sobre investigación psicológica del delito sugiere que las evidencias psicológicas deberían ser consideradas inmediatamente al inicio de cada investigación, al igual que las físicas.

J.E.S: Esa importancia depende de la capacidad de los investigadores para detectar ese tipo de pruebas. Cualquier investigador a nivel operativo no deja de ser un analista de conducta, pero se enfoca más bien al indicio físico. Por regla general, los investigadores policiales son buenos perfiladores: más de 80% de los homicidios en España se resuelven y son los investigadores lo que los resuelven. A nosotros nos llaman cuando algún caso no tiene sentido, cuando algo se les escapa.

P: ¿Qué criterio siguen en la Sección de Análisis de Conducta de la Policía Nacional a la hora de aceptar casos?

J.E.S: Nosotros trabajamos siempre a requerimiento. Son los investigadores los que nos llaman a nosotros. El único filtro que ponemos a las solicitudes es ver si nosotros podemos añadir valor o no. Nosotros no confirmamos las hipótesis de los investigadores, sino que les ayudamos a llegar al esclarecimiento de casos que se les complican.

P: ¿Qué importancia tiene el análisis de comportamiento no verbal en la investigación de los delitos contra las personas? ¿Lo utilizan ustedes en sus casos?

J.E.S: Sí, de hecho, le diría que es casi la herramienta que más usamos. En todas las investigaciones siempre hay que hablar con la gente, ya sean víctimas, sospechosos, testigos... Por tanto, el comportamiento no verbal siempre va a estar ahí. Hoy por hoy, los análisis de comportamiento no verbal es lo que más nos solicitan los investigadores, bien de vídeos que nos faciliten ellos, bien de interrogatorios que preparamos nosotros y luego analizamos.

Intentamos ver si hay congruencia o incongruencia entre lo que dice el sujeto y cómo lo dice, y cómo esto puede sugerir alguna vía de investigación. La finalidad de nuestro trabajo es siempre ser útiles a los investigadores. Por eso no hacemos ningún tipo de diagnóstico de la personalidad, porque eso no le sirve al investigador.

P: Los juzgados están empezando a admitir los informes de comportamiento no verbal como pruebas periciales. ¿Qué valor tienen estos informes?

J.E.S: Lo importante es el rigor. A nivel judicial, cuando es el juez el que solicita la pericial, no deja de ser alguien que está trabajando para la investigación. Cuando es una de las partes la que lo contrata, es una pericial más. En cualquier caso, es una herramienta más que trata de conseguir convencer a un tribunal. De hecho, son los propios jueces y tribunales quienes nos están llamando a nosotros como peritos para hacer esos informes. Por lo tanto, ya les están dando valor y les están ayudando a tomar decisiones.

P: Convive usted a diario con la mentira en mayúsculas. ¿Cómo consigue no llevar la desconfianza a su vida personal?

J.E.S: No todo es malo. Es verdad que lo que nosotros vamos a ver en nuestro trabajo es la parte mala de la vida, trabajamos con lo peor. Pero en cuanto sales afuera, no todo es malo. Si no, sería insoportable, la raza humana habría desaparecido ya.

P: ¿Se vuelven suspicaces?

J.E.S: No, lo que te vuelves es observador. Y no lo puedes evitar. Intentas relajarte, porque si no, es insoportable. Pero hay veces que estás en casa o con los compañeros y no puedes evitar observar a los demás.

P: ¿Qué futuro ve en la sección que dirige? ¿Cree que sería conveniente descentralizarla hacia otras comisarías de otras provincias?

J.E.S: Estamos en ello. Somos pocos en la sección y tener un ámbito nacional quema bastante. Teniendo en cuenta además que siempre trabajamos dos personas en cada caso y sólo somos cinco. Así que es muy complicado. Poco a poco, la idea es establecer una pequeña estructura territorial para que pueda trabajar en su ámbito de competencia.