Un año antes de que comenzara el siglo XVI, la ciudad de Burgos "parió" la primera edición de "La Celestina". La obra en castellano más importante de todos los tiempos tiene sello burgalés, al haber nacido en una de las imprentas más importantes de todos los tiempos. La que don Fadrique de Basilea gestionó desde mediados del siglo XV a los pies de la catedral de Burgos. Una historia llena de historias por contar.

Una placa recuerda al visitante del siglo XXI que sube la cuesta que conduce desde la Plaza de Santa María hasta la calle Fernán González del importante lugar en el que se encuentra. Es justo al lado de un conocido restaurante donde se da cuenta de "que la Celestina nació allí en el año 1499". Algo que no conoce casi ninguno de los foráneos estivales o invernales que deciden visitar Burgos. "No lo sabíamos y nos parece algo maravilloso", comenta una pareja de Cádiz que pasa unos días de descanso y temperaturas más bajas en la cuna de Rodríguez de Vivar.

Como estos turistas son muchas las personas, también nacidas en Burgos, que desconocen la vinculación existente entre la ciudad y la célebre obra del medievo castellano. Para poder contar la misma es necesario viajar hasta el siglo XV y situarse en el esplendor de la ciudad castellana. Burgos era en ese momento uno de los centros culturales, políticos y económicos de toda la corona y, esa imagen, es la que debe conservarse si se quiere viaje a la imprenta de don Fadrique, conocido con el sobrenombre, de "El Alemán".

La emplenta del siglo XV

En esa ciudad vieja que comenzaba a abrirse mirando al renacimiento y al desarrollo que llegaba de Europa de la mano de mercaderes y peregrinos hubo de ubicarse el taller impresor del que se entiende salió la edición príncipe de "La Celestina". Su responsable, Fadrique de Basilea, comenzó a ejercer el oficio tras haberlo hecho en su ciudad natal.

Eligió un taller situado en la subida del Azogue, que entonces igual que ahora conectaba la parte baja de la seo gótica con la iglesia de San Nicolás. En esas casas que tuvieron a bien recibir el nombre de "la empelota" se asentó el gremio de libreros e impresores de Burgos.

Se cree que don Fadrique recibió sus primeros encargos hacia el año 1470 de la mano del Cabildo metropolitano de la Catedral de Burgos que por aquel entonces era el órgano que regía buena parte de los destinos de la ciudad. Todo apunta a que estos encargos fueran una serie de indulgencias impresas en hojas sueltas. Poco después de aquel prolífico horno literario saldrían los ejemplares de la Grammatica de Andrés Gutiérrez Cerezo por la que Fadrique de Basilea recibió más de 70.000 maravedíes.

La fama de "El Alemán" fue in creciendo con el paso de los años y con él, la de su imprenta que se convirtió en una de las más populares del reino. Se estima que la producción rondó el centenar de libros en los más de cuarenta años que estuvo en activo el taller.

El más importante se imprimió en 1499. Era la edición "príncipe" o primera de "La Celestina" que los entendidos atribuyen a Fernando de Rojas. En sus páginas la belleza de ilustraciones que ahora aguardan el paso del tiempo en Nueva York y que dan cuenta de la historia de pasión y celos protagonizada por Calixto y Melibea. Una obra de culto, parte obligada de la historia de la literatura española, y por qué no de la historia literaria de Castilla y León.

Conexión regional

La conexión de la Celestina con la región tiene su origen en Burgos pero no es el único punto en el que se recuerda la tragicomedia atribuida a Fernando de Rojas. En Salamanca, en una de las zonas más mágicas de la ciudad antigua, el Huerto de Calixto y Melibea -un jardín de 2.500 metros cuadrados ubicado en el casco antiguo- evoca el carácter romántico por la historia de amor narrada en el siglo XV. Fue abierto en 1981 y en la actualidad es uno de los rincones más visitados de la capital charra.

Ese es el impacto de una obra cuya composición se remonta a los últimos años del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, y su éxito editorial comienza en el siglo XVI siendo prohibida en 1792.

Tragicomedia

Ejemplo de comedia humanística, el valor de "La Celestina" lo pone su argumento amoroso, su finalidad didáctica y su vinculación con el mundo universitario que por aquel entonces comenzaba a andar en Castilla y en todo el reino. El argumento muy ligado a ese mundo del siglo XV que comenzaba a ser más pasional que religioso: Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón y cae rendido a sus pies. Comienza así su perdición y una historia llena de pasión, celos y otros acentos propios del Renacimiento.

Una historia que se sigue vendiendo en todas las librerías de Burgos y de buena parte de España y que siguen estudiando los alumnos en sus clases de Lengua y Literatura. Seguro que muchos turistas lo hicieron hace décadas pero, casi ninguno recuerda, que "La Celestina" nació en tierras del Cid. Mientras, un museo -el único dedicado al mundo del libro en Burgos- recuerda en su nombre a Fradrique de Basilea; la figura del impresor que dio forma a la tragicomedia más importante de todos los tiempos.