Los científicos han advertido este lunes de que si las emisiones contaminantes continúan aumentando al ritmo actual, tres de cada cuatro personas se enfrentarán a temperaturas potencialmente mortales en 2100, según un estudio publicado en la revista 'Nature Climate Change'.

Hoy en día casi una de cada tres personas en todo el mundo están expuestas a olas de calor extremas, una cifra que se elevará al menos a casi la mitad de personas en el próximo siglo, a pesar de realizar esfuerzos para reducir las emisiones que alteran el clima.

"Todo el mundo habla sobre el futuro cuando se trata del cambio climático, pero en este estudio encontramos que esto ya está ocurriendo y, obviamente, se pondrá mucho peor", ha asegurado el autor principal del informe, Camilo Mora.

En 2100, Nueva York experimentará alrededor de 50 días al año con una humedad y unas temperaturas que exceden el umbral en el que varias personas han fallecido en otras ocasiones, según el estudio. Además, en las ahora cálidas ciudades del sur de Estados Unidos, como Orlando o Houston, las olas de calor mortales podrían durar aproximadamente todo el periodo de verano.

Cuando el calor y la humedad exceden la temperatura interior del cuerpo de una persona, alrededor de 37 grados centígrados, ésta no puede eliminar el calor al medio ambiente. La alta humedad hace que los esfuerzos para sudar sean menos eficaces, lo que puede conducir a una letal acumulación de calor corporal que puede dañar a los órganos principales, los músculos y el cerebro, según el estudio.

"El cambio climático ha puesto a la humanidad en un camino peligroso que cada vez será más difícil de revertir si las emisiones de gases de efecto invernadero no se toman en serio", ha señalado Mora. "Nos estamos quedando sin opciones para el futuro", ha añadido.

Sin embargo, el estudio considera que los riesgos más graves se encuentran en las zonas tropicales, donde las temperaturas ya están cerca del umbral de peligro y donde el calor puede durar más tiempo que tan solo en verano.

"El calentamiento en los polos ha sido uno de los cambios climáticos icónicos. Nuestro estudio muestra, sin embargo, que el calentamiento en los trópicos supondrá el mayor riesgo", ha señalado el coautor del estudio, Iain Caldwell.

Cuanto más calor, menos trabajo

En la ciudad de Bhubaneswar, en el estado indio de Odisha, Basudev Singh, un jardinero de 27 años, asegura que en los últimos dos meses y medio de verano ha perdido cerca de la mitad de sus ganancias debido a las altas temperaturas, que hacen imposible trabajar.

Jitendra Murmu, otro trabajador de la zona, advierte de que cada vez son menos eficaces los esfuerzos para cambiar las horas de trabajo a las más frías del día. "Durante el verano cambiamos nuestro horario de trabajo porque si no trabajamos durante tres meses significa que no tendremos comida para nuestros hijos", asegura. "Los trabajadores y los contratistas de construcción cada vez trabajan más lento debido al calor", añade.

Por otra parte, Mami Patra, propietaria de una tienda de medicinas en el centro de la ciudad, señala que cada vez hay mayor demanda de tratamientos para golpes de calor. "Todos los días, en todo el verano, tenemos al menos a siete personas que vienen quejándose de agotamiento y piden paquetes en polvo de glucosa", añade.

Además, los médicos de la ciudad aseguran que el número de pacientes con mareos, confusión y vómitos --síntomas de agotamiento por calor, previo a un golpe de calor mortal-- cada vez es mayor, sobretodo en pacientes de entre 50 y 70 años de edad.