Familiares, amigos y vecinos de Marbella (Málaga) despidieron ayer a Diego David Domínguez González, el joven que creció en las calles de El Barrio y promocionó después el nombre de la ciudad tras convertirse en el diseñador de fama internacional David Delfín.

El féretro con los restos mortales del artista, Premio Nacional de Diseño de Moda en 2016, fueron trasladados a las 16.45 horas desde el cementerio de San Bernabé hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, ubicada en el casco antiguo de Marbella, donde se ofició una misa para darle el último adiós.

En un segundo coche fúnebre se podían ver al menos una decena de coronas y ramos de allegados, de instituciones -como la Diputación de Málaga, que le nombró Hijo Predilecto de la Provincia en 2012- y de amigos, como la familia Bosé, con mensajes de condolencias para el diseñador, fallecido a los 46 años víctima de un cáncer.

La madre, visiblemente afectada, y los hermanos del diseñador estuvieron arropados por vecinos y amigos de la familia, que se trasladó a Marbella cuando David Delfín, nacido en Ronda, apenas tenía tres años. El momento más emotivo tuvo lugar al concluir la ceremonia religiosa, cuando a la salida del féretro los presentes brindarono un emocionado aplauso al diseñador.

Mientras que la capilla ardiente instalada el domingo en Madrid en el Museo del Traje contó con la asistencia de personalidades del mundo de la moda, actores y otros artistas, el sepelio celebrado ayer en Marbella por expreso deseo de la familia tenía como fin brindar a Delfín una despedida más íntima y menos mediática.

El oficio religioso, tras el cual se trasladaron los restos del diseñador del Cementerio Nuestra Señora del Carmen para su incineración, contó con la presencia de Gorka Postigo, expareja de Delfín, y de autoridades locales, como el alcalde de Marbella, José Bernal.

El regidor ha confirmado que el Ayuntamiento homenajeará al diseñador, al que podría dedicar un espacio público de la localidad.