F rancisco Correa está negociando devolver 22 millones que guarda en Suiza a cambio de que le resten años de prisión. En la calle se oye mucho pedir que devuelvan lo que se llevaron crudo y se antepone la reposición a la severidad del castigo. Correa, que conoce la prisión de Valdemoro y ahora está en Picassent, le pone precio a la libertad. Otros, en cambio, penan con cárcel conservar el dinero que ganaron, indudablemente, de manera dudosa. Mario Conde entra y sale, paga fianzas y vive su riqueza en libertad condicional, implicando a la familia, como los Ruiz Mateos y los Pujol. Fue el más rico de Alcalá-Meco, que suena a Ibex 35 de la corrupción en España, y luego de Soto del Real, que tiene más nombre de campo de golf, donde cumple el expresidente de los empresarios españoles, Gerardo Díaz-Ferrán.

Lo que sabemos ya por los grandes golpes del siglo pasado y del presente es que es mejor asaltar los presupuestos generales del Estado que una sucursal bancaria de pueblo. Por llevarse una furgoneta al descuido, "El Dioni" echó a correr hasta Brasil y lo encontraron, claro. Por hacer "cartel" y encarecer obras públicas te cae una multa que sigue haciendo rentable el delito y te palmean en los cócteles.

Suiza es el lugar de destino del "simpa" de los grandes sinvergüenzas que atracan los presupuestos generales, sea antes y desde dentro; sea después, cuando el Estado acude en rescate de los estropicios. A Suiza vuela Rodrigo Rato después de pagar la fianza de las tarjetas black y puede hacerlo porque, como su antecesor Miguel Blesa, anda por ahí sin medidas cautelares, sin cautelas, como cuando la estaban armando. A Suiza iba Bárcenas, de bancos, que su mujer creía que eran bombonerías. Álvaro Pérez, "El Bigotes" se siente discriminado porque, por similar condena, le tienen preso en Valencia en vez de haciendo bicicleta en Suiza como Urdangarín.