La tragedia sacudió este domingo a los vecinos del concello de A Estrada, en Pontevedra, conmocionados por el fallecimiento en circunstancias violentas de tres miembros de una misma familia residente en la parroquia de Callobre. María José Iglesias Otero fue encontrada ahorcada en un galpón anexo a su vivienda, situada en el número 18 del lugar de A Riba. Su marido, Manuel López Carbón, apareció muerto de disparo y con una escopeta a su lado en una de las habitaciones de la casa. En otra estancia de la misma, fue hallada, también muerta de disparo, la madre de la mujer, de nombre Amelia Otero Torres.

Fuentes de la investigación indicaron al cierre de esta edición que todavía es demasiado pronto para decantarse por una de las diferentes hipótesis que hay sobre la mesa. Las mismas fuentes apuntaron que serán las diferentes pruebas que se tomaron en el lugar, así como las posteriores autopsias que se le practicarán a los cuerpos, las que arrojarán luz sobre lo sucedido el pasado sábado en el domicilio de la familia López Iglesias. Sin embargo, trascendieron datos como que al lado del cuerpo del varón se encontraba una escopeta con la que, presuntamente, se realizaron los disparos que acabaron con la vida tanto de Amelia Otero como del propio Manuel López.

Fue una vecina cercana a la familia la que alrededor de las 17.20 horas dio la voz de alarma a la Central de Emergencias del 112, al encontrar los cuerpos de los fallecidos. De modo inmediato, se trasladaron a la vivienda efectivos de Emerxencias A Estrada y de la Guardia Civil, que inmediatamente acordonaron la casa, situada junto al campo de la fiesta, la iglesia parroquial y el campo de fútbol de San Martiño. Asimismo, también se incorporaron al equipo agentes de la Policía Judicial.

La Guardia Civil investiga distintas hipótesis para esclarecer el suceso, que causó una gran conmoción entre los vecinos, incrédulos por lo sucedido. Varios de estos últimos se personaron a lo largo de la tarde-noche de ayer en las inmediaciones de la vivienda. También lo hicieron, minutos antes de las ocho de la tarde el alcalde, José López Campos, y los ediles Alberto Blanco y Juan Constenla.

El fallecido, nacido en diciembre del año 1961, era natural de la parroquia estradense de Ribeira y, según señalaron en la tarde del domingo los vecinos, llevaba años trabajando en Suiza en el sector de la construcción. Mientras, tanto María José Iglesias -nacida también en el año 1961, en el mes de marzo- y Amelia Otero, nonagenaria, eran oriundas de la propia parroquia de Callobre en la que sucedieron los hechos. Según las mismas fuentes, la anciana tenía ciertos problemas de movilidad, puesto que se manejaba con una muleta, si bien esto no le impedía dar habituales paseos.

Se trata de una familia muy conocida y querida por los vecinos. Según el testimonio de estos últimos, el hijo del matrimonio había intentado contactar a lo largo del día con sus padres, sin éxito. De viaje en Portugal, se desplazaba de regreso a su vivienda cuando aún los efectivos de emergencias y el equipo de investigación permanecían en el domicilio recabando pruebas y a la espera del levantamiento de los cadáveres. El joven llegó a la casa alrededor de las nueve menos cuarto de la noche, acompañado de miembros de Emerxencias A Estrada. Fue atendido por un equipo de psicólogos que utilizó una vivienda próxima para estos menesteres. Asimismo, fueron llegando al lugar otros familiares, así como amigos del hijo de la pareja. Al pie de la vivienda, allegados y vecinos trataban de consolarse y de buscar una explicación a lo sucedido. "Es increíble", señalaba una vecina, conmocionada, a escasos metros de una de las dos ambulancias que se desplazaron al punto del suceso. En una tarde desapacible, con frío y lluvia, quienes conocían muy de cerca al matrimonio quisieron arropar durante toda la tarde y, muchos, también por la noche, a los familiares, permaneciendo al pie de la vivienda.

El levantamiento de los cadáveres se retrasó hasta altas horas de la noche debido a que fue necesario aguardar por la llegada del fiscal desplazado desde Pontevedra. Éste llegó pasadas las diez de la noche. Mientras se aguardó por su llegada, los agentes destinados a la investigación del caso no cesaron de recabar pruebas y se llevaron algunas de ellas para su análisis posterior, como es el caso del arma con la que, presuntamente, se efectuaron los disparos que acabaron con la vida del varón y su suegra.