En Rusia no se premite importar quesos del resto de Europa. Pero son muchos los que no quieren perderse las delicias de un queso suizo o francés. Ante esta situación, un ciudadano ruso ha ideado una original receta, con quesos procedentes de Francia, Grecia y Georgia, entre otros países, para saciar su apetito. El producto ha tenido tal éxito que incluso ha empezado a comercializarlo.